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04403 (24.06.2018 - Natalidad)
04578 (11.09.2018 - La fracasada ascensión de la mujer al poder político
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04578 (11.09.2018 - La fracasada ascensión de la mujer al poder político
Cuando la MUJER busca la igualdad con el hombre y el poder más allá del hombre, solo consigue SER UN HOMBRE; la frase podría ser machista, pero la realidad es que, con el deporte, el físico de una mujer muta al físico de un hombre, y que con el fumar el número de enfermedades pulmonares aumenta, mientras que con el pensar se transforma la sensibilidad en raciocinio.
Para tener una MUJER ASÍ, ya tenemos hombres así.
Que la mujer y el hombre son iguales entre sí, es una verdad, de modo que no se hace necesario que la mujer se quite la falda y se ponga los pantalones, sino que se forme como un ser en sí; pero ésto último la mujer no lo sabe hacer, y en ésto reside su desgracia, porque en el fondo la mujer no lucha contra sí, sino que lucha contra el hombre, tal vez porque de otra manera ya no sabe vivir ni existir.
En éste SIGLO XXI el Hombre tiene que perderle el miedo a la Mujer, y cuando tal miedo desaparezca, quedará la Mujer como responsable de si misma, y entonces, solo entonces, descubrirá la Mujer la soledad en sí misma. Y no habrá vuelta atrás. La relación Hombre/Mujer cambiará, y el destino de ambos será la individualidad absoluta, el fin de ambos; porque la Mujer tendrá que morir en la guerra de su alcanzada libertad, mientras el Hombre la observará indiferente, liberado de su miedo, de modo que el vértigo se apoderará de la tierra y hará sucumbir la injusticia de la desigualdad, imponiéndose una igualdad que será el principio de una guerra.
Ya no tendrá El Hombre que ser más allá de sí mismo, descubrirá la felicidad de ser hombre, la realidad de rechazar a la mujer, contemplando, fuera de sí, como la responsabilidad sobre la mujer se ha desplazado a la mujer, lo que hará que el hombre se convierta en un ser libre, hacia sí, sin miedo a la mujer.
En éste SIGLO XXI el Hombre tiene que perderle el miedo a la Mujer, y cuando tal miedo desaparezca, quedará la Mujer como responsable de si misma, y entonces, solo entonces, descubrirá la Mujer la soledad en sí misma. Y no habrá vuelta atrás. La relación Hombre/Mujer cambiará, y el destino de ambos será la individualidad absoluta, el fin de ambos; porque la Mujer tendrá que morir en la guerra de su alcanzada libertad, mientras el Hombre la observará indiferente, liberado de su miedo, de modo que el vértigo se apoderará de la tierra y hará sucumbir la injusticia de la desigualdad, imponiéndose una igualdad que será el principio de una guerra.
Ya no tendrá El Hombre que ser más allá de sí mismo, descubrirá la felicidad de ser hombre, la realidad de rechazar a la mujer, contemplando, fuera de sí, como la responsabilidad sobre la mujer se ha desplazado a la mujer, lo que hará que el hombre se convierta en un ser libre, hacia sí, sin miedo a la mujer.
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