jueves, 28 de junio de 2018

04410-42.NOTAS PARA UN IMPOSIBLE MANIFIESTO ANARQUISTA: 05.Segunda Pre-Era: Del Quicio al Estado: El Estado ha muerto

DOCUMENTO ANTERIOR
04372 (08.06.2018 - 04.Segunda Pre-Era: Del Quicio al Estado
                                       El Estado es una idea convertida en un instrumento)

DOCUMENTO POSTERIOR
04423 (01.07.2018 - 01.Tercera Pre.Era: Del Origen al destino del Estado
                                       El Estado no está formado)


       Nos hallamos ante una evidencia: el Estado ha muerto. La primera comprensión de la existencia de Pueblo se deshace en un retorno al Movimiento Aleatorio. Parece, allá en el Quicio, que el Hombre solo ha hecho un camino que de sí mismo en la Oscuridad se ha decantado en si mismo en la Luz. Más es esto, tan solo, una certeza que se resuelve como falsa, ya que si bien  para el Hombre del Cado, aquel que tiene capacidad de mando, tal resultado de su misión es fracaso, lo que retoma el Hombre es un Pensar, la Luz le ciega, y este Pensamiento ya prefigura un Azar Histórico. Sin embargo, lo que en este punto sucede es, en realidad, la primera DEPRESIÓN del hombre, que lo es del Iluminado, una cualidad que se incorpora al Alma como Enfermedad y que explica lo inexplicable, esto es, hallarse ante la descomposición de lo que considera una obra personal, fruto de su capacidad de mando, crear el Estado, que como instrumento que es de un mandato, refuerza la Convicción Personal del Iluminado como Verdad Histórica asentada sobre la Naturaleza. La Depresión es un estado del ánimo en desanimo, de modo que la incomprensión de si mismo, cómo es que el Estado muere apenas llega al Quicio, incorpora la certeza de divisar, nuevamente, la Imagen Divina; y es en este contemplarse así mismo como Iluminado, que el Hombre del Cado, a la vista de la Imagen Divina adquiere una animación de Naturaleza, recupera una altura que pierde con la llegada al Quicio, y culmina en una convexidad haciendo USO del Estado, en virtud de un Pensamiento, ejecución de ese Pensar que le aleja de lo cóncavo, de modo que el Hombre del Cado alza el brazo, lanzándolo hacía adelante. Tiene lugar la segunda incomprensión propiciada por el SEGUNDO MANDATO: el Pueblo se pone en marcha. Lo que sucede es una variación del sentido de la dirección, de tal extremo que el Azar Histórico se vierte en Historia del Estado. Ahora bien, no basta con levantar el brazo para que el Pueblo se ponga en marcha. La Depresión es profunda; yace el Iluminado en la base de la concavidad lamentando la suerte de su destino, que es quedarse solo y con el brazo a lo alto; enervado. Todo buen pensamiento inventado lo es con un milagro, y para tal hazaña el Iluminado tiene el Alma. He aquí el  SEGUNDO MILAGRO. Surte la Imagen Divina, al oído le habla al Iluminado, mira el Hombre del Cado a los más próximos y les llama los AVANZADOS, aquellos más dispuestos al mando. Y le dice que reunan a los elementos dispersos, a los grupos rezagados, que los enderecen en sus quebrantos, que los pongan en fila, esa hilera que mantiene la unidad del Pueblo. Los Avanzados son aquellos que, sin haber sido iluminados por la Imagen Divina, creen, sin duda ni reserva alguna, en la iluminación del Hombre del Cado, que éste procede del Hombre en el Cado, y que es el Jefe del Estado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario