martes, 7 de julio de 2020

05893-78.VIAJERO MADURO: 01.Jaén: 01.Sierra de Cazorla y del Segura. El valle de Arroyo Frío y la ciudad de Úbeda

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04289 (02.05.2018 - Calasparra - Murcia
                                  Cueva del Puerto y Cañón de Almadenes)

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05895 (07.07.2020 - 02.Jaén: 02.Sierra de Cazorla y del Segura
                                       El valle de Arroyo Frío y la ciudad de Úbeda)

I: DEL RECUERDO

      El VIAJERO MADURO pasó, como de pasada, como yendo de un lugar a otro, lugares que no recuerda, hace unos cuarenta años, por la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas. Existe un vago recuerdo de dicho espacio en el Viajero Maduro, como si por aquellos montes no hubiera pasado, una reminiscencia de imágenes imprecisas que apenas sobrevivían en la memoria del Viajero Maduro, escenas de picos y bosques, de valles de olivos, de gentes envueltas en sí mismas, de forma que aquellas impresiones se volvieron remembranza, y olvidos. Se dijo El Viajero Maduro volver, más no lo hizo hasta ahora.

      Ha sido un corto viaje nacido en Alicante, tres días y dos noches, lo que deja, en realidad, un día y medio de visita efectiva. 

II. DE LA ESTANCIA HOSPEDAJE

      El Hotel Rural Convento Santa María de la Sierra es un antiguo convento de monjas dentro de una superficie de 300.000 metros cuadrados de zonas verdes, que cuenta con dos senderos internos y acceso, a unos 200 metros, al río Guadalquivir. El edificio principal dispone de 29 habitaciones no amplias, pero suficientes en espacio, que, posiblemente, corresponden a las antiguas celdas.

     El comedor, presidido por el retrato de una abadesa en todo su esplendor, dispone de un espacio ajustado, destaca una pequeña chimenea, mesas de madera presididas por velones sobre antiguas luminarias, bien dispuestas y muy juntas, y sillas diversas en sus estilos, con una gran variedad de elementos ornamentales.

     Más, hay falta de vinos; un tinto suave y un blanco goloso, ambos de la casa, cuyo origen no supo definir el Jefe de Sala pues mencionó a Jumilla, a Pinoso, tal vez a Monóvar, pero que cumplían con su destino.

     Hay un salón exhuberante en mesas y sillones de aspecto noble, con predominio del oro, mullidos, amplios y cómodos, las paredes repletas en decoración. Los pasillos suben y bajan con una media de cuatro peldaños. Noble resulta la recepción con un ventanal de forma ojival. Todo el conjunto decorado de formas diversas, una mezcla de castellano y andaluz, con abundancia de elementos religiosos y profanos, como extraídos de mil lugares diversos, en una sucesión infinita de reclinatorios, cuadros y peanas soportando esculturas y objetos diversos.

     Del personal mencionar su sencillez, amabilidad, respeto y buen hacer en el trabajo, con una cocina de viandas copiosas y apetecibles, bien presentadas y servidas.

     El exterior está bien cuidado, árboles y césped, una pequeña piscina, rincones de acomodo, casas de madera elevadas, silencio constante, y una extensión de terreno con un bosque y el río Guadalquivir a su final que no dio, al Viajero Maduro, tiempo de visionar.

     El lugar es, definitivamente, un espacio de descanso, con un cierto sentido de recogimiento, soledad, placidez y encanto.

III: DEL ENTORNO: EL VALLE DE ARROYO FRÍO

     Entre la Sierra de Cazorla al oeste y la Sierra del Segura al este, tiene abierto el río Guadalquivir un valle, cuya capital es ARROYO FRÍO, y que está delimitado al norte por el Embalse del Tranco y al sur por el nacimiento del Guadalquivir.

     El bosque es extenso, continuo y apretado, apenas permitiendo ver más de diez metros de profundidad, disponiendo de un sotobosque de matas y arbustos que dificultan el caminar por el mismo, a lo que se incorporan árboles caídos y en descomposición, todo lo cual se presenta, desde los miradores, como una alfombra verde que apenas permite el suelo

     En los márgenes del río se pueden ver gran cantidad de juncos y eneas, además de sauces, chopos y fresnos, más arriba bosques de pino carrasco y encinas, y a la altura del nacimiento del río abundantes tejos. Ciervos, cabras montesas, gamos, jabalís, lagartijas y víboras, buitres y águilas, halcones, cernícalos y mochuelos entre otros conforma una fauna abundante, entre peces variados, pequeñas aves y ratoncillos.

IV: ARROYO FRÍO

     Arroyo Frío es un caserío integrado en el municipio de La Iruela, de unos 300 habitantes y con capacidad para albergar a 3.000 visitantes; dicho lugar es la zona turística por excelencia de las sierras que lo abrazan, y se extiende por la carretera entre tiendas y bares, caballar de paseo y tren turístico, dándole un aire cosmopolita, destacando la Fuente de La Caída con sus dos caños, de modo que desde esta población se puede acceder a cualquier parte del valle.

1 comentario:

  1. Conocer estos parajes con el viajero maduro ha sido todo un disfrute

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