lunes, 13 de julio de 2020

05909-110.IMPOSIBLES: De los amigos

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05923 (29.07.2020 - Engordar y Adelgazar)
-I-

     Cómodo y un grupo de cinco amigos han desembarcado, ya de noche, en un pueblo; se dirigen al hotel, se preparan y cenan

-Mañana, a las ocho -concluye el organizador del viaje

     La mañana es un día de sol cálido; Cómodo y sus amigos desayunan mientras disfrutan de los trajes tradicionales con lo que le obsequian los camareros del hotel. Es un día festivo, y uno de los camareros les orienta sobre determinados aspectos de la fiesta del pueblo.

-A las once nos encontramos en la puerta de la iglesia

     Todos asientan, y cada cual decide lo que va a hacer hasta las once. Cómodo ha decidido visitar el pueblo, recorre el largo de la calle donde se celebrará, por la tarde, el desfile principal, visita un par de lugares turísticos, y disfruta del festivo previo ambiente que llena a las gentes del pueblo

    A las once Cómodo se sitúa entre dos de los escalones que dan acceso a la iglesia, que antes ya había visitado; y espera. Son las doce, y Cómodo se sienta entre dos de los escalones que dan acceso a la iglesia. Camina por la plaza, observa varias los árboles que dan sombras, y ya son las treces horas. Cómodo se inquieta; llama por su móvil, y nadie de le contesta. 

    Son las catorce horas, Cómodo decide sentarse en una de las sillas del restaurante donde es la comida con sus cinco amigos; pide una cerveza. Espera, se siente más inquieto, es evidente que algo ha pasado y nadie de sus cinco amigos le ha avisado, duda de haber quedado a las doce en las escaleras de acceso al templo. 

     Se hacen las catorce treinta horas, Cómodo observa la presencia de dos guardias que, de píe, hacer guardía en un apartado de la plaza, junto a la iglesia; se levanta y camina hacia los guardias. Les preguntará si ha sucedido algo, que él ignora, en relación a sus cinco amigos. 

    Más, en tropel, con inmensa alegría, aparecen sus cinco amigos. Se han encontrado en diferentes calles del pueblo, han recorrido varios bares y congeniado con unas chicas del pueblo, con las que han quedado a media tarde, tras el desfile.

    Cómodo se muestra molesto, les recrimina su preocupación por ellos, su disgusto por no haber sido avisado, pero los amigos se disculpan con las más peregrinas justificaciones; la bebida, las chicas, las compras, o aquello de que se ha ido el santo al cielo. 

    Todo parece, y vuelve, a su justo punto; comen y beben en el restaurante, después se dirigen al hotel. Dormirán un rato hasta las siete de la tarde, que acuerdan verse en la puerta del hotel para poder asistir a las ocho al inicio grande de las fiestas.

-II-

    Puntuales están todos, menos Cómodo, en la puerta del hotel

-Me dijo, sobre las seis, que salía a dar un paseo y que aquí estaría a las siete -dice uno de los amigos de Cómodo-

    Son las siete y media; es raro. Cómodo es puntual, el más puntual de todos ellos, y con las ocho Cómodo no ha llegado. 

    El camarero les refiere que sobre las seis de la tarde le preguntó por un lugar tranquilo, por donde dar un paseo, y que lo vió alejarse por la senda que sube por aquella vaguada. 

    Dos de los amigos siguen el camino de la vaguada, y son las ocho y media cuando regresan. Los cinco amigos se inquietan; no es normal en Cómodo. El reloj ya marca las nueve; nada. Y después una hora más; nada. Cae la noche porque el sol ha cedido su terreno a la luna; de Cómodo, nada.

    Observan la presencia de dos guardias que, de píe, hacen guardia en un apartado de la plaza, junto a la iglesia; a los guardias se acercan, están los amigos nerviosos, y explican la ausencia de Cómodo.
El desfile circula por la calle principal, es vistoso y colorido. Entre la multitud que está viendo el desfile, está Cómodo. 

    Son las once de la noche, termina el desfile, las gentes se sientan a cenar, y Cómodo se sienta a cenar con unas chicas, las cuales invitan a Cómodo al baile que empezará a medianoche. Cómodo les dice que antes irá a buscar a unos amigos que le están esperando, queda con las chicas y camina hacia el hotel.

    En la puerta del hotel están sus cinco amigos, los guardias ya organizando la búsqueda de Cómodo; todo es preocupación e inquietud. Ha tenido que pasarle algo a Cómodo en la senda de la vaguada, por la que parte de sus amigos han vuelto a transitar durante el desfile del pueblo, algo le ha pasado que no contesta a las llamadas de teléfono que su teléfono está recibiendo. 

-¿Dónde estabas?, nos tenías preocupados -preguntan amigos y guardias

- En la fiesta, cenando con unas chicas, y venía a por vosotros para irnos todos al baile.

-Pero habíamos quedado a las siete de la tarde -dicen enfadados los amigos-

-También está mañana habíamos quedado a las once-Cómodo se ha quedado sin amigos, unos amigos que no han comprendido el hecho de la amistad.

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