01293-82.ECONOMÍA: 04.Fondo Monetario Internacional

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      El FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (F.M.I.) es un edificio que se levanta en la ciudad de Guasinton (para los ilustrados "Washington") en las tierras de los Indios-USA. Allí un grupo de "sabios" toman nota, analizan datos y evacuan unas conclusiones que hacen referencia a los diferentes países del mundo, a sus gobiernos y políticas económicas. El F.M.I. promueve las políticas cambiarias, facilita el comercio internacional, reduce la pobreza, atiende al intercambio de divisas, conoce del sistema multilateral de pagos y, en ocasiones, presta dinero a países conforme a determinadas condiciones de planes a cumplir, de modo que "controla" a los "países" que sufren de problemas en su Balanza de Pagos mediante la imposición de un Plan de Estabilización y la dificultad de acceso a otros medios de crédito. 

    En un sentido más estricto el FMI es la guarida de Alí Baba y los Cuarenta Ladrones; ¿o son más los ladrones? Dice el F.M.I. que lo esencial para superar una crisis es la productividad. En esto, y sin que sirva de precedente, Cómodo Centón dice estar de acuerdo con el F.M.I., ahora bien, para potenciar la productividad hace falta gastar dinero en forma de salario, y es aquí donde Cómodo Centón ya no está de acuerdo con el F.M.I. cuando dice que hay que rebajar salarios.

   VEAMOS: si se produce y luego no se vende, se crea un depósito de productos producidos por la productividad de bajos salarios que son incapaces de consumir. LUEGO ANTES de producir y ser productivos se tendrán que pagar salarios que puedan consumir; ahora explícaselo a los del F.M.I., y explícale que el asunto no está en los intereses que mueven capital, ni en el capital que se mueve por los intereses, sino en los salarios capaces de consumir (véase documento 00612 de este índice). Esto es, no hay nada peor que arrinconar a los salarios, dice Cómodo Centón, y añade en su inocencia que si el EMPRESARIO mantiene el salario y reduce su beneficio empresarial, las ventas, con el tiempo, crecerán y con ellas crecerá el beneficio empresarial. Pero..., el CAPITAL en su hambruna de intereses no termina de comprender que su existencia pende del SALARIO y que el INTERÉS que obtiene es solo el chocolate del loro si el salario se reduce.

    Y es lo ANTERIOR lo que, en parte, a venido a verificarse en la ACTUALIDAD de la voz de OLIVIER BLANCHARD, economista-jefe del FMI, quién cambia, aparentemente, el discurso del "fondo", reconociendo que la austeridad-pura tiende al decrecimiento de la economía. El cálculo de un euro de recorte cuesta a la economía 0,5 euros ha resultado ser que un euro de recorte cuesta a la economía 1,5 euros. 

    SIN EMBARGO... no basta que Blanchard realice un acto de contricción religiosa. ES NECESARIA... la penitencia. 

    Si se valora que se ha cometido "error" por parte de un Estado en cuanto a la balanza de Pagos, y a ese Estado se le impone una penitencia, esto es, cumplir la condiciones del FMI..., si el FMI comete un "error" en el tratamiento impuesto a ese Estado, ha de cumplir el FMI la penitencia resultante de su error, dice Cómodo Centón.