jueves, 9 de enero de 2014

01728-97.GENERALIDADES: 01.La Siesta

DOCUMENTO ANTERIOR: 01724
DOCUMENTO POSTERIOR: 01732

                                                                        -I-

      Dice DIEGO GARCIA BORREGUERO de la SOCIEDAD ESPAÑOLA DE SUEÑO que "a un niño pequeño, de unos siete años, puedes llevarle en brazos, subirle siete plantas y no se va a despertar", pero que "a una persona mayor le cuesta más llegar a esa fase"... sin embargo, el argumentario de Don Diego parece no ser del todo exacto; sí a Cómodo Centón lo suben siete plantas de un edificio en brazos, tampoco se despierta. Dicho de otro modo.... cuando Cómodo Centón estaba a punto de aparcar el coche, sus hijos se dormían, de ahí que los subía en brazos cuatro pisos, y se despertaban cuando abría la puerta del piso.

                                                        II: SUEÑO Y DESPERTAR

Yo me duermo
cuando el sueño
quiere dormirse,
y me despierto
cuando el despertar
del sueño quiere
deshacerse del sueño.

Y si duermo
no es porque
quiera dormirme,
sino porque el sueño
domina mi vida
y me despierta
cuando quiere.

Yo con el sueño
estoy muerto,
y soy un muerto
incandescente
que vive durmiendo
mientras sueño
que estoy vivo.

Y el despertar
me devuelve
a ese sentido
de luz, haciéndome
topícamente ser
un hombre viviendo
simplemente la vida.

                                                               III: LA SIESTA

     Que la SIESTA es buena resulta una mera evidencia; la inventaron los antiguos. Nuestra falta de "saber" nos induce a la convicción de que los ANTIGUOS simplemente eran antiguos, de modo que toda antigüedad es tan solo el resultado mental de unos hombres que eran, simplemente, tontos. Como creemos saberlo todo, ignoramos "lo antiguo", y en "ser moderno" olvidamos la historia, la filosofía, el origen de las palabras, la invención de la fregona, y la siesta..., de manera que lo que vivieron nuestros padres resulta ser el pasado y lo que vivieron nuestros abuelos ya se vincula con la existencia de los dinosaurios. Lo que queda de lo anterior es lo que somos: IGNORANCIA.

      Ignoramos que tenemos un metabolismo propio, intransferible, de ahí que la "siesta" no pueda ser igual para todos, de modo que la "siesta" como general valga su existencia pero como realidad individual es otra cosa. Ciertamente, el SUEÑO nos alcanza a todos, pero no a todos alcanza de igual manera, a unos antes los alcanza, a otros después y los hay a los que difícilmente el "sueño" les alcanza. Por esto es la "siesta" sabe diferente según que metabolismo esté enamorado de ella, y ya se sabe que en esto de los "amores" los hay más largos que cortos y más cortos que largos, y los hay que no sienten amor alguno ni tan siquiera por sí mismos.

    LO MEJOR DE LA SIESTA es que existe, está a disposición del Hombre, y lo está esperando que el hombre venga a hacer uso de ella. Pero para ésto es preciso que el Hombre conozca que la "siesta" existe y, por tanto, que es posible tomarla y, lo más importante, "echarla". 

    Más.... ¿cómo sabemos que la siesta existe?. Si vivisémos en el Bosque de Walden tendríamos mucho tiempo libre, ya que una vez levantada la choza y conseguida la comida, el resto del tiempo lo dedicaríamos a "pensar"..., PENSAR es la esencia de la "siesta"; si la pensamos, existe, y si existe la echamos. Sin embargo, no. No tenemos tiempo para pensar, y si lo tenemos, desechamos el tiempo, y preferimos emplear ese espacio en ejecutar otras actividades que no son las del "pensar". Por esto nos cuesta saber que tuvimos un bisabuelo, que, a lo mejor, echaba la siesta, y que tal vez se lo enseñara a nuestro abuelo, que también echaba la siesta..., pero como nuestro padre es el pasado, la siesta no nos interesa porque no nos interesa el pasado ya que somos los más listos del patio.

    Afortunadamente son muchos los que echan la siesta, aunque sea fuera de la hora sexta, tal es el caso de LEONIDAS, un conejo blanco, que comparte su vida con Cómodo Centón; al filo de 12,00 horas Leónidas entra en una especie de trauma personal que le sustrae de toda actividad, se acomoda en su "cama" y se duerme..., a las 14,00 horas entra en su jaula, espera y mira, Cómodo le sirve la comida, come Leónidas y... se duerme, de modo que Leónidas no hace una siesta, sino dos, la del "borrego" antes del comer y la propiamente dicha después del comer (ver documento 01021 de este índice)

No hay comentarios:

Publicar un comentario