martes, 6 de septiembre de 2016

03109-20.AGUAS ALTAS Y BARAÑES: Tras la muerte de Antigua Sexona

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     Limpió la cama donde muriera Antigua Sexona y todas sus ropas las quemó, hirvió enseres y los tuvo por aireados nueve días, pasó una esponja con vinagre sobre los metales, aguó las imágenes y cuantas cosas tocó Antigua, puestas después al aire durante nueve días, lavó el resto con agua de ceniza, incienso y colofonia, encaló las paredes de la casa; y lloró. En estas tareas estaba que descubrió la espada de su padre, que no pudo entregar a Manuel cuando partió a la guerra; aseó el filo y la empuñadura, y la puso en la principal de las paredes de la casa de Barañes, sobre la repisa de la chimenea, donde dormía la pipa y el tabaco, sintiéndose bien por este gesto.

    Fue una venganza; tomo a su hijo Francisco y a la muchacha que comprara en Alicante con parte de la venta de la casa de labradores, y los casó. De tal modo para ganar a la caprichosa naturaleza, que le arrancara a Antigua, opuso él su pensamiento, su caprichoso entender humano, y frente a la felonía de lo natural se dispuso, por Lorenzo, la alevosía de su voluntad.

Los adeudos acumulados por las malas cosechas de aquellos últimos años, la enfermedad de Antigua y los gastos que produjo su deceso, la compra de la muchacha y los gastos del desposorio de Francisco, así como la restauración de la casa de Barañes, consumieron los dineros de la venta de la casa de Labradores.

Todo volvía a empezar.

Lorenzo Ivorra de Flandes tenía por entonces más de cincuenta años, una espada colgada en la pared, una pipa, una piedra y aquellas dos manos vacías, con las que cubrió su rostro mientras recordaba a su padre, el soldado de Flandes, y la miseria de su muerte.

- Francisco...

- Dime mujer.

- Estoy preñada

Lorenzo, por los gestos que hizo, parecía quebrarse; no eran tiempos de turbación sino de elucidar la sensatez. Subió al Molló y requirió los servicios de Glauca, y fue la sabina rastrera quien puso fin al proceloso estado de Lorenzo. En pago a los servicios de la joven herbolaria, decidió Lorenzo que ésta tomase estado con su hijo Lorenzo, a lo que la joven alumna de La Vieja de Los Santos se excuso en no hacer aquello que se le pedía, que el pago no era de su conveniencia ni interés. Y dijo por razones:

- No quiero ser parte de una casa donde el padre es un déspota, la mujer una cosa, el hijo un siervo y el siervo una bestia. 

- ¿Podría ser de otro modo? -pregunto Lorenzo-

- ¿Te gustaría ser como una piedra?, una piedra incapaz de cambiar de lugar por si misma. Todo en este mundo es a imitación de Dios; María fue violada por un ángel con forma de paloma, mientras su esposo, José, miraba hacía la espiritualidad de la existencia; se la metieron por adentro cuando ya quebraba su voluntad por la luz resplandeciente del engaño divino, y la follaron sin placer alguno que ella sintiera, de lo que viene que sea de uso que la mujer no sienta interés estando abierta de piernas. Dios quería un hijo y él mismo, cobarde, fue incapaz de dar la cara ejecutando el acto, que encargo a uno de sus secuaces, de la violación. No quiero seto para este cuerpo de mujer en el que me hallo envuelta. 

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