viernes, 9 de septiembre de 2016

03118-139.GENERALIDADES: Matrimonio Madre-Hija

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02560 (26.10.2015 -  De la Unión Poliafectiva)
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      Cuando se entra en el proceloso mundo de las relaciones humanas, todo es posible; incluso lo imposible. Pero hasta lo imposible se manifiesta como posible sí, y solo sí, alguien se empeña en que lo sea. 

     No se opone Cómodo Centón, a que cada uno se lo haga con quién quiera, incluso, ¿dónde está el límite?, como si uno se quiere casar con el Ébola, con su hijo, con su padre, incluso con la bisabuela, ¿por qué no? (ver documento 02560 de 26.10.2015 de este índice)

   En el caso que nos ocupa, una MADRE se ha casado con su HIJA en Oklahoma (USA), y antes, en 2008, ya se había casado con su HIJO; como poco decir que a la Madre le gusta eso de casarse, pues entendemos que antes lo hizo con el PADRE de la hija y del hijo. A otros les da por ir todos los domingos a los campos de balompie. Incluso hay "uno", que es DIOS, que está soltero y es el padre de todos "nosotros". Es decir, las posibilidades son infinitas e indeterminadas, y su existencia solo pende de la imaginación para materializarla. 

    Sin embargo, el problema no parece ser el hecho en sí del matrimonio, sino la posible relación carnal; lo que molesta a la Ley es el INCESTO, y molesta por un sentido repugnante de la relación entre una madre y su hija. Sin embargo, a la Ley no le molesta que un hombre le chupe el pene a otro hombre, o que una mujer le chupe el coño a otra mujer, aunque hay leyes y leyes, y si que hay "leyes" que lo del "chupar" les molesta, "leyes" que suelen ser catalogadas de extrema derecha, de facha-religión, de antiguos o de... ¿por qué te molesta que ese hombre que ama a ese otro hombre, le chupe el pene, o el coño en el caso de dos mujeres?, porque ya se sabe que el amor es lo más bonito que existe, que no conoce de edades, ni de razas, ni de religiones y, por tanto, debería de conocer que una madre y su hija se chupasen el coño, mutuamente, en una relación tan bonita como es el amor.

    Podría parecer, dice Cómodo Centón, todo lo anterior, un despropósito, que lo es, y que todo tiene un límite, pero el LIMITE no existe, ya que si existiese, no existirían ni las derivadas ni las integrales, ni el cálculo al límite. Esto es, el SABER TRANSCENDENTAL donde conoce "la cosa" como "es en sí", mediante una anticipación a priori y una experiencia a posteriori, de tal manera que el análisis no trata del "objeto en sí", sino del modo de conocer en relación con el objeto, lo que evidencia un “saber” subjetivo. 

    Lo cierto, se podría decir, que El HOMBRE se sitúa frente a una realidad objetiva que provoca en sus sentidos la percepción de una existencia desordenada, la cual debe ser ordenada mediante secuencias temporales como son antes, ahora y después, dentro de zonas espaciales como son lo alto, lo ancho y lo largo. Dicho de otro modo (ver documento 00085 de este índice), no sabemos, Cómodo Centón tampoco, que fue lo que indujo al primer ESTROMATORITO a generar vida, ni sabemos, tampoco, si antes el estromatolito ya era portador de la vida o bien si de alguien la había recibido, ni con qué intención el estromatolito generó la vida, ni si pudo prever las consecuencias de su acción o sencillamente si fue su actuación una indiferencia o ilación sobre el resultado de la causa. Sabemos, no obstante lo anterior, que el efecto fue LA DIVERSIDAD, de modo que de uno, el estromatolito, devienen muchos, los demás.

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