miércoles, 26 de diciembre de 2018

04829-57.NOTAS PARA UN IMPOSIBLE MANIFIESTO ANARQUISTA: 08.Cuarta Pre.Era: Del Estado a los Hijos del Estado: 02.De la Fe al Reino

DOCUMENTO ANTERIOR
04785 (07.12.2018 - 07.Cuarta Pre.Era
                                       Del Estado a los Hijos del Estado: 01.De la Fe)

DOCUMENTO POSTERIOR
04866 (10.01.2018 - 09.Cuarta Pre.Era
                                       Del Estado a los Hijos del Estado
                                       La Ley nace como el elemento esencial del Estado)


     Al campo donde se desarrolla la Fe, lo llamamos REINO, esto es, materialización de la convicción personal de verdad. Es inherente al concepto explicarlo fuera de si, pues de otro modo, hemos dicho, no existe. Necesita, además, el Hombre del Cado para ser tal, contactar con el resto de los individuos que forman parte de un pueblo, ya que de otro modo, por instinto, regresaría al movimiento aleatorio. Pero tal regreso ya no es posible, queda determinado por la obliteración del Núcleo Central. Resta extenderse a lo exterior y materializarse como Verdad, de modo que en esta situación la Fe es un Prenacionalismo, una idea capaz de condicionar, conducir y concluir en la nada. En este punto Fe es su mismo concepto. Necesita, por su propia esencia, desarrollarse hasta el infinito, primero de forma interna, después como una manifestación, que en su pretensión, precisa de la imposición. Así es como la Fe aporta al Estado su Primera Justificación. De modo que si la Fe es él si mismo, su exteriorización es el Reino, donde se escenifica toda la declamación de la Imagen Divina; normas, preceptos, dichos, sentencias, parábolas, cuentos, adivinanzas y estruendos futuros. La estructura de su instrumento, Iglesia, radiada en sacerdotes y fieles, proporciona las razones que tiene el Hombre del Cado para dominar la morada del Pueblo. Con esto el Hombre del Cado logra unificar las distintas influencias que ha recibido, que, a su vez, ha usado para convertirse en la luz del Pueblo, y que le introduce en el Gobierno del Estado. Sin embargo, en el punto de la historia donde nos encontramos, la Iglesia no existe. Es decir, en esta Cuarta Pre.Era contamos con un Templo o Doble Hato como espacio físico que contiene un Santuario o Segundo Hato y un Altar o Primer Hato.   

      Hemos dicho que sobre el Altar se hacen cumplir leyes y religiones. Distinto es lo que se cumple en el Santuario, donde se reúnen los Avanzados Históricos. El ámbito espacial del Santuario circunda totalmente el Altar, de modo que cualquier actividad generada en la Espiral accede al Altar a través del Santuario. Dijimos, asimismo, que si el Pueblo es un sujeto pasivo, se nos presenta actividad fuera del mismo, lo que genera una relación de estancamiento entre los dos pilares de la Sociedad, y que ya hemos determinado como Avanzados y Pueblo. Así pues, el Santuario recoge una doble Información y Comunicación, tanto en cuanto a pertenencia como a comprensión del Hato, que procede de la actividad propia de la Espiral o sujeto externo como del Primer Hato o sujeto interno. Este carácter de enlace entre las dos variables, determinada en los Avanzados Históricos la fuerza que sobreviene de la generación tanto de leyes como de religiones. En esto reside, además, la distancia entre los Avanzados y los Avanzados Históricos; estos últimos no han visto, no han conocido, no han recibido el mandato directo del Iluminado, pues son el resultado genético de una realidad, es decir, reunido el Hato, conservarlo. Tal conservación se realiza sobre leyes y religiones, lo que implica la enumeración de costumbres y usos, así como las decantadas prohibiciones que acarrean, y se hacen en el Santuario, de modo que tras la superación de la linealidad y su sustitución por la piramidal estructura entre los Avanzados, cabe establecer un código interno de reconocimiento de autoridad entre los Avanzados Históricos. El CÓDIGO admite aspectos tan enfrentados como complementarios, haciendo referencia al funcionamiento especifico del Santuario, de modo que son sus propios miembros quienes determinan el eje, y sus desarrollos, que fija credos y usos, de modo tal que en esto guardan para si los Avanzados Históricos un modo anarquista de comportamiento, el cual se halla frontalmente situado cuando los mismos Avanzados Históricos determinan credos y usos que se aplican posteriormente sobre el Altar, estableciendo así un modo desordenado de comportamiento. He aquí lo que define a los Avanzados Históricos, su capacidad para decidir sobre ellos mismos y sobre los demás. He aquí la Ley, que nace después de la Religión pero se posiciona como el hermano mayor. Dijimos que del mismo modo que la Religión mira al cielo, allá donde el Iluminado ha situado su morada antes de abandonar su herencia en manos de una incierta Civilización, la Ley mira a la tierra. Ambos, Religión y Ley, precisan del TEMPLO, nombre que damos al Doble Hato cuando éste adquiere conciencia de Civilización. Lo más significativo es advertir como el Templo está preso de los Avanzados Históricos, de modo que es en este instante que el Hato comprende que hallándose atado su liberación pende de asistir en el Templo su amor al Iluminado. 

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