05380-150.POLÍTICA: Del Parlamento Político No Legislativo

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                                         Parlamento Político No Legislativo
                                         Resumen de Sucesos)

-I-

     Para que un PUEBLO llegue a vivir bien es preciso, a lo largo de su historia, que algunas de sus GENERACIONES tengan que sufrir; la suerte de las personas pende de esto, dice Cómodo Centón en su TEOREMA DEL PUEBLO Y SUS GENERACIONES (ver documento 01680 de 27.11.2013 de este índice). El problema radica en que ninguna generación quiere sufrir el "bien vivir" de las otras generaciones, de ahí que sea preciso que la "historia" obligue a una determinada generación a ser la expresión materializada de la miseria en favor de la riqueza de otras generaciones. El PROCESO GENERAL que se sigue implica una primera generación o DEL SUFRIMIENTO que se extiende a lo largo de toda su existencia y que implica parcialmente a la segunda generación o DEL TRABAJO la cual tiene el conocimiento del sufrimiento y del esfuerzo que la conduce hacia el bienestar, y finalmente la tercera generación o DEL GASTO que desconoce el sufrimiento y ve como innecesario el esfuerzo, ya que al albur de las reservas existentes imperan los derechos por encima de las obligaciones, lo que conduce al REINICIO DEL PROCESO.

-II-

    Dice Cómodo Centón que la SOCIEDAD PRIMITIVA DEMOCRÁTICA se caracteriza por disponer de un PARLAMENTO POLÍTICO NO LEGISLATIVO. 

    El SIGLO XXI, del que ya ha transcurrido una quinta parte, está inmerso en una suerte de deriva suicida "en sí misma" que supera con creces las tradicionales guerras que se sucedían cada veinte años y que determinaban como toda generación tiene su propia guerra; esa intervención periódica en toda guerra se cursaba de diferentes maneras, bien haciéndolo directamente, bien indirectamente, bien no interviniendo aparentemente. 

    En el primer caso, directamente, la intervención tenía por efecto la destrucción, eliminación de una parte sustancial de la población y el inicio de la recuperación económica. En el segundo caso, indirectamente, el efecto solía ser una emigración de personas hacía el territorio propio, lo que implicaba un maltrato y humillación a los vencidos. En el tercer caso, aparentemente, el efecto era un aumento de la economía propia que, con el fin de la contienda, desaparecía, implicando un necesario reajuste a una menor riqueza.

     El SIGLO XXI ha eliminado las tradicionales guerras generacionales, y suprimidas éstas ha generado problemas generacionales. Dichos problemas reconducen a las personas hacía posiciones más "egoístas" y generan "miedos" personales sobre el presente que se largan al futuro, de forma que se expresan como irrealidades inherentes a las realidad de las tradicionales guerras. Y es en este punto que el Parlamento Legislativo, esencia de la Sociedad Primitiva Democrática, deja de serlo, de modo que se convierte en un Parlamento Político; las LEYES "son" si las leyes me favorecen, de forma que el cambio de la ley ya no se resuelve mediante una guerra, sino que se resuelve en virtud de declaraciones políticas.

     Toda DECLARACIÓN POLÍTICA es una posición que dice la verdad para unos y dice la mentira para otros, siendo de tal forma como el dialogo es odio, ya que toda declaración política lo es contra otro y a favor de uno. En el SIGLO XXI ya no se mata con las armas, sino con la palabra.

    La PALABRA busca derrotar con el voto, mientras que el VOTO es el arma de destrucción masiva más letal de la Historia de la Humanidad; dicho de otro modo, se solicitar votar en el parlamento cuando el resultado lo es a favor del solicitante, y se niega el votar cuando la votación es contraria; se dirá que esto es de perogrullo, pero perogrullo es la realidad de lo que se solicita y de lo que se niega. En este sentido ya no se respeta el periodo legislativo, ya que el parlamento ha perdido su fin legislativo, sino que se impone la declaración política para no ejercer la acción legislativa, ya que el fin es ahora la derrota política de la otra parte mediante posiciones aleatorias que intercambian los contrarios de lo que se dijo ayer por lo que se dice hoy, donde los argumentarios se retuercen a conveniencia propia.