04104-29.NOTAS PARA UN IMPOSIBLE MANIFIESTO ANARQUISTA: 05.Primera Pre-Era: Del Círculo al Quicio

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       Nos encontramos ante una mutación. El Hombre de la Espiral no tiene retorno; no sabe que es tal hombre ni sabe que está destinado a morir en la Espiral. Es un ser atolondrado por un Pensamiento que fue y ya no recuerda. Se ha acomodado en un concepto que, a su entender, es superior y al que llama Sustancia de Hombres. Es en este proceso cuando consta la aparición del HOMBRE EN EL CADO ó el devenir del Hombre en la Espiral. 

        Es la caverna; donde Núcleos Centrales adquieren la comprensión del Movimiento Controlado dentro de la superficie de la Espiral y acceden, sin conciencia de futuro, a lo que el destino les manda. Nos referimos a la primera disposición de los hombres en los Cauces de la Espiral y, por lo tanto, a la muerte de la Anarquía y a la nacimiento del Caos. Sin embargo lo que se nos refiere como una aparente desorden es solo un declinal de los Núcleos Centrales en las distintas altitudinales del espacio que forma la Espiral. En este preciso momento los hombres desconocen la importancia de caer en cima o caer en sima, porque allá donde se halla la cuna se encuentra la clarificación del destino. Lo que viene a suceder es una indeterminación del Azar, que conocemos como Destino Histórico. Eventualidad y contingencia si bien ejercen carácter posicional, será el Destino el elemento dominante, ya que emana directamente de la Imagen Divina, y será como carácter histórico que impregna el futuro sentido de Pueblo.

Podemos decir que la Sustancia de Hombres se estimula en la caverna tentando las paredes de la misma, tragando y defecando las Preideas de su existencia, es decir, alumbramiento sin ideas. Ya no existe el Hombre como Pensamiento ni consta aún el Hombre como Pensar, de modo que este periodo de PREIDEAS se limita a tentar las paredes de la caverna, fijándose posiciones bien en una sima, bien en una cima. El resultado de estos primeros movimientos no aleatorios determina el subsiguiente control de los mismos y, por lo mismo, una primera configuración social. El yo del Hombre se viste con el yo en si mismo y evoluciona para si mismo, pero lo hace dentro del Conglomerado. La conciencia de esos hombres de que existen porque tientan las paredes del Cado es una Preidea es el sentido de que existen en un mismo espacio. Ahora bien, para que la permanencia del Hombre desprendido del Movimiento Aleatorio sea efectiva, es decir, que el Hombre como tal no se desprenda de su condición de hombre, es indispensable quedar atado a un conglomerado de conciencia que llamaremos, con el tiempo, Pueblo, donde todo tiene una causa y toda causa explica un origen. Y esto es así porque en el Cado la visión del Algo y de la Cosa no se manifiesta a los inexistentes ojos del Hombre, que tienta las paredes de un mundo donde el alumbramiento de la oscuridad reina. Hemos pasado de la Carencia de Luz a la Lobregura del Cado, un campo de sensaciones resbaladizas, confusas e inciertas, donde el Hombre delata sombrías Preideas y un fosco ambiente, que será el soporte del Pueblo para prevalecer en todo su esplendor a lo largo de la infinita Espiral.

  Sin ser conscientes de lo que esta sucediendo, un Acto de Fe ha logrado activar el Pensar en el Hombre, solo que para entonces el encarcelamiento del Hombre en la Sustancia de Hombres es un hecho tan real como imposible de imaginar el escape. Pensar pues se hace para adquirir Pensamientos y se hace dentro del Conglomerado. Este primer pensamiento del Hombre es sobre si mismo, ya que así mismo es a quién tiene más próximo de si. Ahora bien, para pensarse así mismo es preciso que el si mismo se manifieste como una evidencia, lo cual acontece como una presencia exterior que puede ser vista. Esta prolongación del Hombre es la IMAGEN DIVINA, siendo el soporte físico de la misma lo que conocemos como PORTENTO.