sábado, 8 de septiembre de 2018

04572-48.NOTAS PARA UN IMPOSIBLE MANIFIESTO ANARQUISTA: 06.Tercera Pre.Era: Del Origen al destino del Estado: De la Obligación

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04559 (04.09.2018 - 02.Tercera Pre.Era: Del Origen al destino del Estado
                                       De la Naturaleza)

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04590 (17.09.2018 - 07.Tercera Pre.Era: Del Origen al destino del Estado
                                       El Primer Axioma)


      La OBLIGACIÓN es una exigencia, en el caso que nos ocupa, nacida de una relación entre someterse y someter; en sentido estricto está impuesta por la supervivencia de la autoridad del Iluminado, en un sentido más amplio, el que nos interesa, responde a una situación de atado en un hato, que refleja una interacción por la cual el Hombre se somete sometiendo. La Obligación tiene un doble origen; por una parte la autoridad del Iluminado, por otra parte la topía que es la evidencia de hallarse atado en el Hato. De modo que lo que genera el hecho es lo inevitable de lo que viniendo impuesto se acepta por inexcusable. Lo que compensa la relación en un sentido primario, es decir, correspondencia y, en el devenir, contrato imaginario. Esta obliteración de lo anterior cierra cualquier interpretación del hecho de la agrupación, y sirve de anulación plena sobre consideraciones relativas al movimiento aleatorio. 

Lo que tenemos, llegado a este instante del proceso histórico, es una estructura estatal simple, donde ya están definidos los tres sujetos clásicos, a saber: el Iluminado o concepción del Estado, los Avanzados o políticos, y los Individuos o pueblo. Una parte no espiritual o Naturaleza y una humana o Sociedad.

Lo que hemos descrito hasta aquí es el proceso general de la Tercera Pre.Era, cabe ahora hacer especial incidencia en el sujeto que la configura; tal es el Iluminado. Lo que determina la aparición del Hombre Iluminado es un contenido que está más allá de la Metafísica, lo que implica, implícitamente, una derivada inversa que actúa como origen. Sabemos que existen los Hombres Iluminados por la mera evidencia de su existencia, y que su deriva concluye en la formación de una civilización; esto es el Objeto. Lo que ignoramos es aquello que terminamos por calificar de ignorancia, de modo que el origen del Algo y de la Cosa que se nos muestra como una ilustración deja de interesarnos al través de la Metafísica, de modo que el ignorar queda suplido por la ciencia de la ignorancia; esto es, la Metafísica. El Iluminado surge, en esto, de la nada misma de la nada, de modo que se comporta, por el mero acontecer de la Imagen Divina, como conocimiento puro en si mismo y para si mismo, y con voluntad de hacerlo extensible a los demás. Nos hallamos ante una figura que se inventa así mismo, sin que precise, por el mismo concepto de la invención, justificarse, de modo que se presenta como el origen de la Cosa y del Algo e iniciador del Pensamiento; tal es la Cualidad del Iluminado. De modo que aprehender al Hombre Iluminado es un Acto de Fe tanto en su creación como en su seguimiento que realiza la Sustancia Misma. Este acto implica que el ILUMINADO es lo que es y que procede de la Imagen Divina; recuérdese que estamos pensando más allá de la Metafísica, lo que es adentrarse en el Núcleo Central derivado en Núcleos Periféricos. 

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