jueves, 29 de octubre de 2020

06103-221.POLÍTICA: 02.La Democracia: 02.La Transición: España había cambiado

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06083 (23.10.2020 - 01.La Democracia
                                  01.La Transición: Ley para la Reforma Política)

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06133 (09.11.2020 - 03.Democracia: 03.La Transición
                                       De la ley a la ley, de la paz y la paz)


      Con la desaparición de las Cortes Franquistas, se aventuraba en España la llegada de la DEMOCRACIA, pero los españoles, dados a la desconfianza, desconfiaban. Sin embargo, no cabía otra, sino, que por fin, esta nación de quinientos años, se estrenase en democracia. Más, ¿qué era la democracia?

      Había llegado el momento DE VOTAR, extraña sensación para todos; depositar un papel en una urna, y ya está. 

      JUAN CARLOS I era "el señor" de España, pues todos los poderes de Franco estaban, ahora, en sus manos; españoles había que buscaban que aquellos poderes siguieran en aquellas manos, los había que soñaban con arrebatar, por la fuerza, aquellos poderes de aquellas manos, y los había que desconfiaban, pues el presente estaba construido de pasado.

      Lo que nadie esperaba era que Juan Carlos I, de la mano de Fernández Miranda y de Adolfo Suarez, los tres hombres más importantes de la Historia de España en el siglo XX, se quedará, por sí mismo, con las manos vacías. Y es en esto en lo que consiste LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA; porque de igual manera que Franco, ni vencido ni derrotado, había muerto, un halo de pensamiento inimaginable no podía imaginar que Juan Carlos I devolvería, a los españoles, lo que era de los españoles, la SOBERANÍA. 

     España, tras quinientos años, se disponía a tener un rey sin soberanía, y un pueblo de soberanía lleno. 

     Fueron años históricos, verdaderos AÑOS HISTÓRICOS, los más históricos de la Historia de España; años de atentados terroristas, huelgas interminables, desempleo sin limite, de militares sin sentido de la historia, de militares con sentido histórico, de una iglesia católica en penurias, de una clase obrera que fomentaba sus propios sindicatos, de empresarios sin norte, de pensamientos revanchistas, de nuevas ideas que eran viejas ideas, de sueños que costaban cumplirse, de ansiedad sin límites. Pero, por encima de lo antedicho, ESPAÑA era tierra de "centro político", lejos de las derechas y de las izquierdas, donde la moderación y la expectación se extendían con la prevención hacia aquellos nuevos tiempos. Así, la DERECHA, sin dejar de oler a franquismo, se daba un primer lavado, mientras la IZQUIERDA, sin dejar de oler a revanchismo, se lavaba de sus viejas y caducas ideas. Entre ambas pululaban los FALSOS FALANGISTAS y desaparecían LOS FRANQUISTAS, incapaces de adaptarse a los tiempos sin Franco.

      Más lo importante fue que los cuatro citados bloques intervinieron en la contienda electoral entre razones y sinrazones, de modo que los ESPAÑOLES terminarían por ponerlos en su sitio, unos en el futuro, otros en el pasado. El resultado era evidente, una guerra primero y una dictadura después, ESPAÑA HABIA CAMBIADO tras quinientos años de desdichas históricas. 

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