martes, 10 de octubre de 2023

07765-127.LIBROS: 10.Contribución a Así habló Zaratustra de Nietzsche: 04.Concepto de Zaratustra: 03.¿Quién es Zaratustra?

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07758 (07.10.2023 - 09.Contribución a Así habló Zaratustra 
                                       de Nietzsche
                                  03.Concepto de Zaratustra
                                  02.¿Quién es Zaratustra?)

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07773 (11.10.2023 - 11.Contribución a Así habló Zaratustra 
                                       de Nietzsche
                                  05.Concepto de Zaratustra
                                  04.¿Quién es Zaratustra?)


        ¿Quién eres tú para declararte mí educador?, pregunta Cómodo Centón, y añade que “el educador” existe y se hace, no nace; nace ordinario e ignorante, estudia, logra un título de magister, y se “hace” cuando adquiere la conciencia de poder enseñar, de educar, de transmitir “saber”, haciendo de su enseñanza su medio de vida o su existencial “ser”, deviniendo en ilustrado, de forma que quién dice “educar” es una mezcla, en sí mismo, de vanidad y soberbia, cuando lo cierto es que se educa para lograr que lo que "uno es" sea "lo que es otro", de modo que “educar” es un acto de dominación que "uno" ejerce sobre "otro". 

     Dichas razones son exentas de sus enseñanzas, las cuales “caen sobre vosotros como higos maduros”, es decir, el discípulo de Zaratustra no tiene la necesidad del “pensar”, sino que ha de tener la habilidad de tomar las enseñanzas e imbuirse de ellas como “pensamiento”, de manera que Zaratustra sigue, sin advertirlo, la idea de Cómodo Centón que separa el “pensar” del “pensamiento”, el primero como elemento creativo y el segundo como elemento asimilativo, esto es, “pensar” como propio del superhombre y “pensamiento” como propio del hombre. En este sentido, nos dice Zaratustra que "mis semejantes son aquellos que a sí mismo se dan su voluntad y que se despojan de toda resignación", enlazando esto con la idea de Stirner cuando separa el concepto de sociedad, pensamiento, del concepto de asociación, pensar. Asimismo, y en esta línea, introduce Zaratustra la idea de mandar y mando; "se manda a aquel que no sabe obedecer a sí mismo", lo que nos sitúa, de nuevo, en Cómodo Centón o manda quién puede mandar y tiene a quien mandar. Añade Zaratustra que "mandar es más difícil que obedecer", y en su sueño oye una voz que le dice que has olvidado obedecer, ahora tienes que mandar; sí es difícil hacer grandes cosas, más difícil es ordenarlas, tienes el poder y no quieres reinar, ¿por qué?, debes caminar como el fantasma de aquel que vendrá un día, así mandarás, y mandando, irás a la cabeza, esto es, ¿qué fantasma?, ¿Qué cabeza?

       Zaratustra queda descrito por su destino, "tú eres el profeta del eterno retorno de las cosas" cuyo centro está en todas partes, ya que "el no yo, no existe". Zaratustra es el yo que existe, no duda Zaratustra de sí mismo, no admite la duda sobre su pensar ya que de su pensar emerge un pensamiento que busca trasmitir; se podría decir que niega la duda que duda de Cómodo Centón, Zaratustra no duda, aunque inconscientemente no sabe que hay una duda que no duda.  

         Esa duda que no duda es la fe; hasta ahora el justo se salva por la fe, San Pablo y Lutero, aunque en el primero la fe es frente a los infieles romanos y en el segundo lo es frente a los sediciosos cristianos de Roma. Aquí Nietzsche plantea una variante, "la fe no me salva", ya que ni el agua derramada ni la voluntad de interpretar de la persona son factores que determinan la salvación por la fe. Dicho por Zaratustra, "quien no tiene fe en sí mismo, miente siempre".

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