lunes, 5 de julio de 2010

00205-2.EL PRESIDENTE DE IMPALA

Dice el Biógrafo en su libro que durante cinco años La Sobrellaves gobernó la vida del Presidente, y afirma que no se conoce a otra persona sobre la tierra que ejerciese poder de castigo sobre el Presidente como fue la Sobrellaves. Entre aquellos lejanos tiempos de la infancia y estos tan cercanos de la vejez mediaba una extraña biografia de silencios y sentimientos. Pregunta El Biógrafo en su libro si hubo amor en la vida del Empireo, y era la tal inquisión razonable ya que, dice el Biógrafo, cómo podría una mujer enamorada llamar a su enamorado "Presidente"; era convicción esencial que nadie llama "Empíreo" a su amor, pues ambas palabras son de díficil poétizar. Por otra parte es notorio significar la relación obrante entre la naturaleza y el amor, se lee en el libro del Biógrafo, quién escribe en boca del Empireo como la mujer es un mero receptaculo que debe ser llenado, "ésta vasija que es la mujer debe ser llenada, conforme a la naturaleza, con un líquido que procede del hombre. Ahora bien, aun en el supuesto que emita el hombre líquido suficiente para llenar la cavidad femenina no por ello la mujer queda llena, quedarse satisfecha es una valoración sicologica a una irreal manifestación de la materia, llena queda cuando hay embarazo; solo con el embarazo la mujer alcanza un gozo que ni ella misma puede describir. Se desprende que follar es un acto femenino, mientras que el sexo es un elemento masculino de la relación mujer-hombre, de modo que para gozar con el sexo la mujer necesite del clítoris, del punto G, de la marca L y de la seña D, asi como estar lista, preparada, adecuada y no traumatizada. El hombre, por el contrario, solo aspira a exprimir de sí ese líquido que lo oprime para sentir luego ese gozo de liberación de un mal que lo enloquece, gozo al que llama placer sexual, de no deja de ser una variación de "semen retenido, veneno es". Y es ese veneno el que atrae y repele, a un tiempo, a la mujer. Atracción como imposición de la naturaleza, repulsa como bolsa de problemas. La naturaleza, en su infinita ignorancia, ha creado dos seres que solo se necesitan para copular, mientras el hombre y la mujer, escapando de su condición animal, pretende hallar contenido en el gozo de su inventado placer, al que denominan seducción y significan como amor. En sentido estricto una vez liberado el semen resulta el hombre un ser innecesario, de lo que se entiende que era innecesario antes de liberarlo y se concluye que el hombre solo es necesario en el momento de liberar el semen. Este es el núcleo central de la Teoría del Hombre Innecesario, es decir: un hombre sin semen sano es un estorbo, de aquí que las mujeres deberían de cuidar rebaños de hombres de semen sano y destinar como alimento al resto de los hombres, lo que ayudaría a salvaguardar las reservas alimenticias del planeta Tierra. Y si es cierto lo anterior no lo es menos que una vez la cría come por su boca a través de sus manos, la hembra es tan innecesaria como lo fue el macho. Esto es la Teoría de la Mujer Innecesaria.

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