domingo, 13 de marzo de 2011

00497-39.ALICANTE: 05.Arquitectura: 02.Templo de San Nicolás

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La FABRICA es de cruz latina, con la cabecera al este y los pies al oeste, conforme al Concilio de Trento. La nave se organiza en tres tramos iguales. La Cabecera se curva en media circunferencia, terminando en una semicúpula, conteniendo al presbiterio, así como capillas laterales (Desamparados, San Nicolás, San José, Virgen del Rosario) unidas por pasos, un piso superior contiene la imagen de la virgen y a sus lados sendas balconadas sobre arcos terminan formando el conjunto. El Crucero ocupa el tercio central y la proyección de la cúpula, con los brazos de la cruz de corta longitud, donde se ubican la Puerta Negra y la Puerta del Claustro, de alzados laterales desnudos, salvo por el recorrido que sobre los mismos hace la balconada que une a la cabecera con el último tercio. El pié, que dispone de un primer piso que es continuación del que aparece en la cabecera de la nave, se cierra por una bóveda de cañón, se encontraba ocupado en otros tiempos por el coro y hoy por sendas filas de bancos para los fieles, quedando a la derecha tres capillas laterales (San Antonio, San Rafael y el Cristo de la Buena Muerte) unidas por estrechos pasos, y dos capillas a la izquierda (San Miguel y Padre Jesús), siendo el tercer hueco la entrada a la Capilla de La Comunión, y junto a este la Pila Bautismal.

LA CAPILLA DE LA COMUNIÓN corresponde al siglo XVIII, estando unida a la nave central y al claustro por sendas puertas, así como dispone de puerta propia desde la calle. Es de cruz griega, de tradición romana, con predominio de los muros sobre las columnas, siendo su ancho mayor que su largo, unidas sus cuatro brazos con machones achaflanados de cuarenta y cinco grados, sobre los que arrancan cuatro arcos fajones de medio punto y formación de pechinas, situándose por encima el tambor de la cúpula sobre una cornisa que produce una línea de interrupción y sombra. La cúpula es semiesférica, con ocho nervaduras, que recuerdan al Renacimiento, y ocho ventanas por las que entra la luz. Todo el conjunto responde a un estilo del siglo XVI. Es, sin embargo, un estilo barroco predominante, con multitud de sub-espacios y diversas tipologías de las columnas, que acrecientan el sentido de los claroscuros, a lo que contribuye el empleo de mármoles de diversos colores, embarcando el recinto dentro de preciosismo notable y una religiosidad profundamente interiorista, donde respirar cuesta por no romper el extremo silencio de su volumen.

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