jueves, 31 de marzo de 2011

00515-33.SOY EL DESCANSO DE MI MISMO: 01.Autoridades y Magister

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Sin embargo, la voluble Idea del Hombre es capaz de reconvertir cualquier Saber en otro Saber con solo cambiar la frase o entretener el concepto en lugar diferente. Pero aún pareciendo cambiar todo sigue contemplándose al Eterno como el "bien", y al Hombre como una sustancia individual que es libre dentro de un orden unitario, donde cuanto mayor sea el Espíritu, tanta mayor será la Libertad, ya que ésta consiste en elevarse por encima de la Materia, acercándose al Eterno, quién es el SUPER, no contemplado fuera y alejado del mundo sino como medio de conocer la Verdad por parte del Hombre. Queda el Mundo ordenado en unos jerárquicos cuyo orden ascendente se inicia en la Materia, sigue la Vida, el Alma y, finalmente, el Espíritu. Subir en esta escala es ir hacia el Eterno, descubriendo la multiplicidad del Eterno, su ser mismo y profundidades. Lo que realmente existe es el Eterno como un ser en general, conteniendo meras esencias y dominado por la NECESIDAD, hasta el extremo de que la Creación es un eterno proceso, donde el Hombre, cada tipo de hombre distinto recibe, como compendio o por separado, ese acuerdo íntimo existente entre la filosofía, la teología y la fe, de modo que el actuar del eterno no es sobre los detalles del mundo sino sobre los conceptos generales y en perfecta descendente jerarquía hasta el pensamiento colectivo, resultando de los mismo la mortalidad de las almas. Sin embargo, ¿que clase de divino es ese Eterno que tiene Necesidad?; la Idea del Hombre rectifica, lo Eterno es necesario y es libre, y ha creado el mundo en el tiempo, mientras que el Hombre es libre de conocer la necesidad que tiene del Eterno. Tal camino de conocimiento se contiene en el LIBRO, cuya manifestación son las AUTORIDADES, las cuales, con ser humanas, se contradicen, porque aún siendo Autoridades en ellas fluye la Idea del Hombre y, por lo tanto, determinan interpretaciones y obtienen consecuencias que hacen derivar en cascada diferentes modos de contemplar la relación entre Lo Eterno y el Hombre; ante esto se hace necesario el PENSAR conforme un pensar racional y una lógica formal, basadas en la discusión y la dialéctica. Es la época del MAGÍSTER y de las siete artes liberales, y de la conciliación entre Fe y Razón.

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