sábado, 16 de febrero de 2013

01331-33.CINE: Blancanieves

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DOCUMENTO POSTERIOR:  01334


      Es una película del año 2012, española y francesa, de 1,45 horas de duración, siendo el drama su género, dirigida por Pablo Berger, de quién es el guión, música de Alfonso de Vilallonga, fotografía de Kiko de la Rica, montaje de Fernando Franco, vestuario de Paco Delgado, interpretada por Maribel Verdú (Encarna, la madrastra), Daniel Giménez Cacho (Antonio, el padre), Ángela Molina (doña Concha), Macarena García (Carmen / Blancanieves), Sofia Oria, (Carmencita), Inma Cuesta (Carmen de Triana), Pere Ponce (Genaro, el chófer), José María Pou (don Carlos),  Ramón Barea (don Martín).

    La Blancanieves de Pablo Berger es una obra de arte cinematográfica, donde los sentidos imperan de modo grandilocuente, de modo que lo sensorial arrebata al espectador. Más que un drama, es una tragedia, su final así lo declara, donde los limites se superan entre la pasión y la música para devenir, más allá del visionado, en un lenguaje dialéctico tendente al individualismo; se trata del destino, y se cuenta la vida de una mujer en tres fases como son el dolor, la alegría y la tragedia, de modo que el cuento de Blancanieves es tan solo un elemento colateral dentro de una interpretación muy libre del mismo. El RITMO es lento, rápido y agitado, su MOVIMIENTO recoge sucesión, interposición e intercalación de escenas, cuadros, planos, su CONTENIDO recoge tristezas, emotividades y alegrías  donde sus relaciones son tanto por analogías como por contraste. 

      La CÁMARA es total, y lo es en el sentido de recoger panorámicas y travelling en todas sus posibles vertientes, horizontales y verticales, de aproximación y alejamiento, de modo que el elemento subjetivo busca, describe y acompaña, haciendo que el espectador tenga una importante participación subjetiva en las diferentes escenas, pero, y además, los ángulos de picados y contrapicados, los oblicuos y los horizontales determinan interminables tipos de visión a lo largo de la cinta. Es fácil entender la película cuando tras la muerte de la "abuela", vemos la maldad reflejada en el rostro del "chófer" mientras el coche avanza y cruza la puerta de la finca, la divisa del torero, el alejamiento del coche, y ese picado en movimiento que nos dice que estamos en "Monte Olvido" hasta alcanzar un plano de conjunto del caserío, que concluye con un picado del servicio y del coche. Destaca también un plano general, tomado en altura, de la plaza de toros y de las gentes caminando hacía la misma, o los planos de conjunto dentro de la plaza, así como el vertiginoso desarrollo de la lidia con fotos fijas, de apenas segundos que dan velocidad e intensidad, mezcladas con primeros planos de la montera, del toro, del torero, que llevan a los tendidos con esos planos de detalle de las bocas abiertas. Pero hay más, la variedad y multitud de planos de tres cuartos, de grandes primeros planos...

   Porque con una DIRECCIÓN perfecta que aúna en sí misma las diversas partes del film, y sobre un GUIÓN extraordinario que deja cierta confusión en el cierre de la cinta, en Blancanieves todo es posible y todo está contenido. La DIRECCIÓN ARTÍSTICA es magistral, rechaza la interpretación exagerada o la sobre actuación que requiere el cine mudo, el lenguaje corporal excedido en si mismo,  aunque se da, por ejemplo, en la actuación de Inma Cuesta o Carmen de Triana durante la cogida que sufre el torero,  y se centra más en una interpretación realista de las circunstancias, que es lo que domina a lo largo del film,  de modo que se aplica una expresión más suave en la interpretación. Hay que destacar a Maribel Verdú o Encarna la Madrastra cuando tras girar la llave de la puerta, camina con ese halo de alegre criminalidad mientras hace bailar la llave que sostiene su mano. La INTERPRETACIÓN es magnifica, en especial Maribel Verdú y Macarena Garcia, y en su nivel Sofia Oria; pero no es posible obviar al resto de los actores, todos los cuales ofrecen momentos meritorios en un sin fin de fotos fijas que reflejan desde pena y euforia hasta alegría y sinsabores.

    El color no existe en Blancanieves, de ahí que la ILUMINACIÓN se centre en la cantidad de luz; destaca la ingente cantidad de luz que incide sobre los personajes y la bastante ausencia de luces de fondo; es interesante la escena donde el torero reza ante la virgen, ya que en la misma hay una doble entrada de luz, por la izquierda iluminando la parte derecha del torero, y por la derecha dando presencia al apoderado y compañía que se sitúan detrás del torero pero no al fondo del cuadro. La FOTOGRAFÍA, muy profesional, reclama momentos brillantes, en especial con las secuencias  relativas a los toreros enanos que, por cierto, solo son seis, su distribución en la carreta, y el transito de la misma sobre un camino bajo un cielo gris. Variado el VESTUARIO, plenamente centrado en la época, sobrio.

   La MÚSICA de Vilallonga esta hecha para los personajes, es múltiple, variada, acertada, es esencial en Blancanieves, se enlaza de tal manera con planos, escenas y secuencias, que parece que ambas partes de la cinta se hayan ejecutado al mismo tiempo; es una música adaptable, que muta si cambia la imagen, y que parece no hacerlo, que ronronea emociones y situaciones, que se zafa de lo anterior y se integra en lo presente, que parece estar ya deseando entrar en la siguiente escena, lo que nos lleva a un MONTAJE decididamente espectacular, pues decidir entre tal variedad de posibilidades de encaje de las tomas, y dentro de éstas la intercalación de fotos, refleja un minucioso trabajo de orfebrería y esa evidente intención de mostrar los acontecimientos tal como son, lo que desencadena un final de realidad inesperada.

   BLANCANIEVES es una película para ser reiteradamente vista, una cinta que terminará convirtiéndose en un clásico.

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