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03601 (10.05.2017 - 08.De la Educación y Enseñanza)
Dice
Cómodo Centón que la educación no existe,
pero no es el Centón hombre que sea doctor, ni licenciado, ni diplomado, ni…
acaso hombre, de ahí que pueda venir a decirle Don BARTOLOMÉ SANZ ALBIÑANA, Doctor
en Filología Inglesa, titulado en la “docente academia” que define el concepto del
“saber”, como debería ser la organización y estructura del sistema educativo…,
el cual, cómo no, debería imitar y sostenerse en el propio de la GRAN RAPOSA o
esa isla situada más allá del Canal de La Mancha.
Así pues, un CONSEJO ESCOLAR, Don
Bartolomé nos instruye con su nombre en lengua inglesa, compuesto por antiguos
profesores, industriales, empresarios, antiguos alumnos, deportistas de élite,
filántropos serían los dirigentes del colegio… y apoyados por millonarios. Tal
composición descarta a trabajadores, deportistas buenos, mediocres y malos, y
pobres, tanto los comunes como los de solemnidad, que todos éstos, ciertamente,
no merecen por sus escasos o nulos caudales, pertenecer a tan dignos
“governors”
Más nos previene don Bartolomé
sobre los problemas que traería la desconfianza hacia el mecenas, pues en el
caso que nos ocupa el tal “sponsors” es, como todo filántropo, un millonario
conservador. Añade a lo anterior, la admisión, sueldo y vacaciones de los
profesores, pero ignora lo que tantas veces hemos visto en las películas
inglesas, donde los “nobles-governors-carcas” vapulean al profesor descarriado,
siempre de literatura, expulsan al alumno inteligente porque no repite los
textos, y se reservan la contabilidad para ellos.
Y se pregunta don Bartolomé… ¿se
imaginan ustedes un cuerpo de directores, formados y escogidos por una
inspección educativa competente… con capacidad para contratar a sus propios
docentes, asesorados por los jefes de estudios y de departamento, de rescindir
contratos si los docentes no alcanzan los objetivos con los alumnos, y abierto
a las evaluaciones externas y a su publicación en la prensa?
Veamos, dice Cómodo Centón… no lo imagino; un cuerpo de directores
formado, y además formado por una inspección educativa competente… no, no me imagino ni a directores formados
ni a inspectores competentes; y que tuviesen capacidad para elegir a sus
familiares y amigos, y a los familiares y amigos de los esponsor… esto si me lo imagino, sobre todo lo segundo.
Y asesorados por jefe de estudios y de departamento que han sido elegidos por
el director… tampoco, tampoco me lo
imagino, aunque si me imagino el asesoramiento, como también me imagino la expulsión de profesores capaces de enseñar
aunque no alcancen objetivos, como no imagino lo de la libertad de prensa.
Porque lo único cierto de todo lo
dicho anteriormente es que el HOMBRE se educa a sí mismo, y quién no sabe
educarse a sí mismo es porque no sabe educarse a sí mismo y, por lo mismo,
carece de la EDUCACIÓN PROPIA del Hombre que se educa a sí mismo, precisando
por tanto la EDUCACIÓN IMPROPIA tanto de los “gobernators” como de los
“traballorators”
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