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Ha leído Cómodo Centón, con cierta indiferencia, un "trabajito escrito" de ANA GARCIA SIÑERIZ, con fecha de hoy en el diario El País, nombrado como ACTRICES HARTAS DE SER VISTAS COMO PERCHAS DE LUJO.
Se cita en el mismo la ocurrente respuesta a la pregunta "¿de quién es tu vestido?" de Emma Thomson, "mío", o la explicación de Terele Pávez, "para eso lo he pagado yo con mi dinero", o la respuesta "guarra" de Elizabeth Moss poniendo el dedo en "peineta". Y se queja Doña Ana del por qué no acontece lo mismo con los actores.
Lo cierto es que cada uno recoje lo que siembra, y no vale ir de intelectual-femenina cuando se va de femenina-mona, ya que si "un modistillo" hace un vestido y se lo presta a una femenina-mona es para que la "mona" diga de quién es el vestido, y si el mono-periodista hace la pregunta de ¿quién es el vestido? es porque al "modistillo" le interesa, y porque al comprador de basura escrita le interesa dentro de su escaso intelectual nivel.
Lo cierto es que para recoger un premio no hace falta una alfombra roja, ni ponerse delante de un papel con publicidad comercial, ni hacer el "tonto del haba" delante de una cámara de fotos. Para recoger un premio basta con una buena ducha, peinarse delante del espejo de aseo de casa, y ponerse el vestido de los domingos.
"¿Alguna duda?" pregunta Doña Ana en su "trabajillo escrito".
Pues desde el punto de la mecánica cuántica, Doña Ana, ninguna duda.
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