DOCUMENTO ANTERIOR:
02164 (01.02.2015 - Perdida)
DOCUMENTO POSTERIOR:
02226 29.03.2015
I: ANTECEDENTES
La INESPERADA VIRTUD DE LA IGNORANCIA, es el subtítulo de Birdman, nos cuenta la historia de "zapatero a tus zapatos", ya que el "zapatero" sabiendo hacer zapatos, no sabe pintarlos, de ahí su atrevida ignorancia al criticar los zapatos que se ven pintados en el cuadro, lo que nos muestra la ignorancia como vicio del "zapatero".
Esa ignorancia del "zapatero" se vuelve, como inesperada, virtud en Birdman, ya que lo que supone un vicio en el "zapatero", hablar de lo que no sabe, es un éxito en el "actor de cine" que no sabiendo nada de teatro se embarca en hacer teatro, y es un éxito porque la critica ensalza el resultado final de la obra, de ahí que la ignorancia del "actor", lejos de la ignorancia del "zapatero", se convierta en una inesperada virtud.
La comprensión del SUBTITULO de la película se encuentra en la escena que tiene lugar, en un bar, entre Michael Keaton y Lindsay Duncan (crítica de cine), cuando la periodista desprecia al actor de cine que aprovechando su fama cinematográfica pretende triunfar en el mundo del teatro en Nueva York
II: DE LA PELÍCULA
BIRDMAN es una película de Usa, tragedia encubierta de comicidad, de 120 minutos de duración, dirigida por Alejandro Iñarritu. guión de Iñarritu,Nicolás Giacobone. Alejandro Dinelaris y Armando Bo, música de Antonio Sánchez, Fotografía de Emmanuel Lubezki, , montaje de Douglas Crise y Stephen Mirrione, protagonizada por Michael Keaton, Emma Stone (hija), Naomi Watts (actriz rubia), Edward Norton (actor estrella), Zach Galifianakis (productor), Amy Ryan (la esposa) y Andrea Riseborough (la novia).
Nos encontramos ante una magnífica película que puede no resultar comprensible y mostrar su sin sentido, así como torpe y aburrida para más de un espectador, muy teatralizada, con incomprensible contenido de diálogos, pero que se presenta original en varios aspectos de la cinta, con un exceso de metraje y que puede convertirse en un clásico si su visionado soportaría una o mas repeticiones. He aquí la primera dificultad, ver dos veces BIRDMAN es un reto que roza, tal vez, lo imposible, pero que, de partida, debería de ser considerado como una meritoria intención por parte del espectador. El ESPECTADOR es esencial en Birdman, de hecho forma parte de la historia, y lo es como un actor más de la misma, ya que el conjunto esencial de la actuación pende de un actor principal (Michael Keaton) y de un actor imprescindible (el visionador de la cinta). Pero, y a su vez, no podemos obviar a otros actores como son la música, la cámara y el escenario. La DIRECCIÓN es extraordinaria, y lo es porque contiene todos los elementos propios de la máxima dificultad, tanto en la evolución especifica de la historia como en el manejo de los actores dentro de un ambiente cerrado que, posiblemente, pierde valor e interés en las escasas escenas de exteriores, y especialmente en las dos seudoamorosas de la terraza del teatro; la técnica del DIRECTOR consiste en una extrema sobriedad de las escenas, dentro de un ambiente inmundo, sórdido, casi obsceno, reducido y estrecho, junto a un manejo simple de la cámara así como una sobre-interpretación, dentro de una NARRATIVA veloz y angustiosa, con leves momentos de ternura, que supera al Espectador es su particular comprensión de los acontecimientos, sujeta a un GUIÓN de diálogos imposibles, que entremezcla la realidad con los ensayos y la voz en off, y que en todo momento impide presentar una HISTORIA diáfana; se trata de un actor cinematográfico que ha triunfado en el cine representando a un superhéroe, y que ha decidido convertirse en actor en un teatro de Nueva York, mientras trata de salvar, sin interés alguno, lo que queda de su familia.
Exceptuando a la esposa (Amy Ryan) que presenta un papel tranquilo y sosegado, el más plano de todos, el resto de los ACTORES se embarcan en una lucha de excesiva y continuada sobreactuación que hace que la película responda más a una obra teatral que a una cinta cinematográfica. Hay que destacar, desde este punto de vista, a Michael Keaton y a Edward Norton, que si bien sostienen duelos interesantes, la repetición de los mismos terminan por agotar el visionado. Más variada es la actuación de Naomi Watts al aportar más registros personales, y meritoria la doble personalidad de Michael Keaton. Interesante es la CRITICA de Alejandro Iñarritu, aunque basada en el vulgar argumentario de "un crítico de actores es un actor fracasado"
La MÚSICA se estructura en una doble partitura; por una parte un omnipresente Hombre-Batería que acompaña al Ex-Héroe en su relación con el Super-Héroe; la voz en off del segundo incide directamente sobre el cerebro, a golpe de tambores y platillos, del primero, acompañada de levitaciones y lanzamientos de objetos en un ambiente castrante e impuro, entre personajes mediocres vulgares; por otra parte diferentes temas de música clásica contraponen, tal vez de forma innecesaria, una nivelación auditiva que de centrarse en solo en la percusión hubiese resultado imposible de sostener a lo largo de toda la cinta. La ESCENOGRAFÍA es el interior del Teatro, donde tienen lugar multitud de persecuciones, en retroceso y avance, por los pasillos, en los camerinos y en el escenario, donde se cruzan y encuentran los personajes, se mantienen conversaciones e implican silencios con cierta paranoia. En medio de todo esto la FOTOGRAFÍA, con ser buena, se diluye en el manejo de la cinta, pues resulta casi imperceptible debido a la velocidad de transito de las secuencias, que evidencias una puesta de MONTAJE de gran calibre narrativo, pues la película carece de saltos y puntos muertos, con la sola pega del excesivo metraje para una historia simplona y prácticamente sin interés alguno, donde el contexto es el que gana batalla de la narrativa.
La CÁMARA es el Director de la Película; persigue y persigue, lo esculca todo. Por una parte primeros planos de dos personajes mirándose fijan la cima de la curva de contenidos, extendiendo la trama, de forma que la pantalla entera queda cubierta por dos cabezas. Por otra parte los travelin se adueñan, desde el principio hasta el final, de un ritmo vertiginoso y agitado que impide la respiración y provocan ansiedad visual, dentro de un angulación horizontal y con visión subjetiva en avances y retrocesos en un espacio lineal de pasillos que se curvan sometidos a unos tiempos galopantes, donde el Espectador se convierte en el ojo que todo lo ve y, por lo mismo, y ya ha sido dicho, en actor de la cinta, hasta que un repentino frenazo presenta planos de semi-conjunto de la escena y planos medios de los personajes, donde panorámicas bien definidas buscan y describen ambientes de LUZ y COLOR sometidos al ocre y al blanco, sin que se aprecien, excesivamente, luces complementarias ni brillos significativos. Especial carácter tiene cuando la Cámara queda fija visionando un pasillo, permaneciendo en tal posición durante abundantes segundos, casi eternos, hasta que el personaje se incorpora desde atrás y se inicia el movimiento.
No queremos, en este punto, olvidarnos de "la grúa" ni los montajes a base de ordenador, tanto en el tránsito de la calle al camerino de Michael Keaton y a través del enrejado de la ventana como de los vuelos imaginarios que nos introducen en las paranoias del personaje principal. Y queremos significar lo innecesario de la secuencia del hospital, al tiempo que destacar el paseo de Michael Keaton por la calle y en calzoncillos.
BIRDMAN quiere ser impactante; ya lo es con los créditos de inicio, lo es con el Super-Héroe y con el Monstruo, con el Hombre-Batería, con su agresividad y violencia narrativa, pero su visionado requiere de la mucha paciencia del Espectador, ya que a partir de un determinado momento de la cinta se puede caer en la sensación de estar viendo repetida la misma película durante dos horas.
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