viernes, 20 de marzo de 2015

02216-25.IMPOSIBLES: El eclipse de sol y Ludmila

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02190 (21.02.2015 - Llegado a mi destino)

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02221 (24.03.2015)


     Al mediodía era claro el día; el eclipse de sol que pudieron ver los feroe habíase ido al catre para una siesta de varios años, para despertarse otro día. Para Lucio el eclipse de sol era una tontería pues pasaría, mientras Lucio seguía muriendo en vida, de forma que mientras el eclipse de sol vivía, dormía Lucio, dormía. Las nubes también dormían; lucía el sol mientras dormía Lucia al tiempo que Lucinda nacía de la primera luz al pairo de Lucina, y toda la placidez del día se apoderaba de Lucio, que por sus ventanales faciales veía, al través del ventanal de su salón a la hermosa Ludmila mecerse al tenue aire que corría.

   La dulce Ludmila, gloria de su pueblo, de sus gentes amada, por Lucio querida, quebró antaño, casi, su vida, viniendo a venirse casi corrupta en sus troncos, de manera que de flores llena ya no se la veía, faltándole aire y sobrándole agonía. Poco a poco, con los persistentes riegos de Lucio, fue adquiriendo prestancia la planta Ludmila, recobrando la color y el ardor de tiempos pasados, que tenía, todas ellas, perdida, de modo que ya era otra Ludmila, como vivaz y encantada, bella, en la balconada vivía, desde donde veía el pasar, al ralentí o a la carrera, paso a paso, de las gentes por la acera de enfrente en la calle donde vivía.

    A media tarde oscurecido era el día, y no por falta de luz, que sol aún había, sino porque unas nubes que, ya despiertas, por el cielo pasaban lentamente y se juntaban. a media tarde, aquel día. Lucio abría sus ojos, todo parecía estar existiendo más allá de si él dormía o no dormía, lo que le sobrevino como un desastre, ya que Lucio creía que se paraba el mundo mientras él se abandonaba confiado al silencio de sus pensamientos despiertos. ¿Dónde estaba Ludmila?

    No estaba Ludmila en su cesto de tierra al viento batida; no estaba. Los ojos, de par en par, de Lucio se abrían... ¿dónde estás Ludmila?, si yo te deje en el cesto de tierra batida, húmeda y limpia, y a la terraza salió Lucio en busca de Ludmila. Y era cierto que no estaba, a seis metros sobre la calle, Ludmila. ¿Quién a Ludmila secuestrado había, a seis metros de altura, extrayéndola de su cesto de tierra bendita?, de forma que quedo Lucio contemplando el cesto vacío, y miró abajo, por ver si sobre la acera estaba tendida Ludmila, y no estaba... ¿quién te ha robado Ludmila?, y a lo alto, a los pisos superiores miró Lucio por ver si a Ludmila veía en otro balcón prendida. Más no estaba Ludmila, ni estaba en su cesto de tierra limpia, ni en la acera estaba ni estaba en los pisos de arriba. 

     Lucio llamó a Ludmila; no respondía Ludmila. Tal vez Ludmila se había ido, tal vez sobre el eclipse de sol aquel día, tal vez el eclipse se había llevado a Ludmila.....

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