domingo, 29 de marzo de 2015

02226-53.CINE: El francotirador

DOCUMENTO ANTERIOR:
02211 (14.03.2015 - Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia)

DOCUMENTO POSTERIOR:
02239 (04.04.2015)


     EL FRANCOTIRADOR es una película USA, del año 2014, de 130 minutos de duración, basada en una autobiografía de Chris Kyle, dirigida por Clint Eastwood, guión de Jason Hall, música de Clint Eastwood y Ennio Morricone, fotografía de Tom Stern, protagonizada por Bradley Cooper y Sienna Miller, que cuenta la historia de un francotirador en Irak y sus relaciones familiares.

      La NARRATIVA se estructura en tres columnas que no se interrelacionan. En la primera columna encontramos el origen y la justificación, la forja del PERRO PASTOR; los hombre se dividen en tres clases, los hay que son corderos, los hay lobos y los hay perros pastores, de forma que si el lobo ataca al cordero, el perro ha de destruir al lobo. NO es un ARGUMENTO NOVEDOSO... el capitán Trueno, El Jabato, Curro Jimenez o el Zorro entre los de lengua española, en lengua inglesa tenemos a Superman, Spiderman, el rey Arturo, Robin Hood, en cuestión religiosa nos encontramos con Cristo, Mahoma y Buda, en asuntos políticos-militares tenemos a Franco, Hitler, Lenin o Ho-Chi-Min...., sin duda que la lista es larga, muy larga, pero la realidad es otra. EJEMPLO: sí el vecino se quiere follar a su señora, ¿usted qué hace?; porque en este ejemplo aparecen el lobo, el cordero y el perro pastor. En la segunda columna se narra la existencia del CORDERO; se trata de una mujer y sus hijos, a los que hay que proteger por encima de todo y hacerlo con todas las fuerzas y empleando todos los medios posibles, de modo que es lo que propicia la tercera columna, donde el perro pastor destruye al LOBO.

      En el FRANCOTIRADOR no se defiende ni la moral ni la ética, aunque lo parece, por reduccionismo, al ámbito de los Estados Unidos de Norteamérica, y si lo hace, lo hace como lo hace un partido político, una sindical obrera, una asociación empresarial, una civilización, una cultura, o como una madre lo hace con su hijo, porque si le preguntaremos a un águila quién es el niño más hermoso nos responderá que su cría.

    El GUIÓN es bueno, tiene continuidad, sus diálogos son los precisos, y está sostenido por un MONTAJE matemático, sin huecos, realista, bien ordenadas las relaciones de espacio y tiempo, bien seleccionados los elementos que permiten al espectador seguir la historia, de modo que los dos y ambos son influyentes en la historia que cuentan, lo que permite una DIRECCIÓN sujeta por ambos al tiempo que sencilla. Sí a esto añadimos la interpretación de Bradley Cooper, el cuadro esencial de la película queda establecido. Los cuatro despliegues gobiernan la cinta, tres años de guerra, y en sus intervalos puede el espectador descansar de una acción acelerada mediante una inmersión es espacios dulcificados, aunque no exentos de unos mínimos de tragedia y unos máximo de alegría, dentro de una vida de bondades entrelazadas con la ruina de una guerra.

       BRADLEY COOPER cumple perfectamente, mejor como civil, algo desdibujada su interpretación bélica, pero interesante en ambas, y en ambas muestra la doble personalidad de alguien que no queriendo hacer daño, lo hace, y lo hace como expresión de una voluntad que resulta imperturbable. No duda; simplemente ejecuta esos dos extremos que resultan irreconciliables, y lo hace real. El personaje responde a tres niveles de comportamiento, como civil, como francotirador y como jefe de equipo, para volver a lo civil. Su contrincante es SIENNA MILLER, muy lejos de Bradley, cuya interpretación no resulta, del todo, convincente, floja y sin interés, acaso porque está subordinada, por el Director, a un papel de comparsa que nace en la propia historia que se cuenta; los momentos claves que Sienna tiene, las llamadas telefónicas con Bradley, se exponen como muy secundarias, ni son atractivos los momentos eróticos, ni tan siquiera su interpretación en el bar vale la pena. Da la impresión que ni al guión, ni al montaje ni a la dirección les interese la mujer del francotirador.

     La CÁMARA se recrea en multitud de grandes primeros planos, busca vida interior del personaje pero no la logra captar; algo se le escapa. Panorámicas descriptivas y de creación de ambiente son también múltiples, sobre todo en el desarrollo de las acciones bélicas, con planos y contraplanos del francotirador y sus víctimas; claves son las dos secuencias con los dos niños, pero ni la una ni la otra son francamente emotivas, pues el uso de planos medios y generales de los dos niños retrae intensidad visceral a las secuencias, e igual sucede con las secuencias con El Carnicero y con Mustafa, cuyo atractivo cinematográfico no logramos encontrar. Por otra parte el uso reiterativo de angulaciones oblicuas desde arriba, con ser necesarias, se vuelven tan técnicamente adecuadas como, en ocasiones, insulsas. Destaca la PUESTA EN ESCENA de las diferentes secuencias bélicas, y sobre todo en la específica de la tormenta de arena que, posiblemente, sea de lo mejor de la cinta, donde el espectador sabe lo que está pasando sin verlo. Meritoria también es la escenografía relativa a los movimientos de las tropas, tanto en el bando norteamericano como en el iraquí, y la aportación oficial del ejército.

       El RITMO varía mucho, es muy intercambiable, entre trozos donde predomina la longitud larga de las secuencias con breves instantes de detalle, especialmente en las secuencias bélicas, excepción hecha en la secuencia de la tormenta de arena donde el ritmo se vuelve acelerado pero sin emotividad alguna. Pausado en ocasiones, preferentemente en el centro del filme y entre despliegues, que pretenden generar tristeza pero sin conseguirlo realmente, de forma que se imprime un COLOR donde los claros destacan, la gama de amarillos en las escenas bélicas, y los tonos azules y blancos en el resto, la LUZ resulta algo fría, domina el fondo del encuadre y no se advierten claro-oscuros definidos dentro de un SONIDO correcto, con ruidos ambientales, al tiempo que ni la FOTOGRAFÍA ni la MÚSICA nos remiten a recuerdos significativo dentro de la película.

     El FRANCOTIRADOR, en esencia, se puede o no se puede ver; como película su visionado no es estrictamente necesario. Resulta objetiva pero tendenciosamente ideológica, ya que irradia un contenido subliminal cuyo sujeto activo es un hombre bueno que realiza maldades. Por otra parte, y de forma general, tiene un contenido técnico elevado y enmarcado dentro de una PRODUCCIÓN que combina adecuadamente localizaciones y arte.







No hay comentarios:

Publicar un comentario