02464-32.IMPOSIBLES: De los dos sexos en Pedocin

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     Entré en el urinario de caballeros, antes deje atrás la entrada al urinario de señoras en cuya puerta se agolpaban las mujeres más o menos nerviosas y en fila india, lo que, reconozco, me causó cierto placer mientras pensaba que yo no tendría que hacer cola alguna en el urinario de caballeros, lo que fue cierto. Descubrí que la igualdad hombre-mujer es una ficción mental, y recordé aquel día en que un grupo de mujeres se escondía mientras yo perseguía y mataba a una rata. Me baje, entonces la cremallera de la bragueta del pantalón y empecé a evacuar; en ese instante cinco mujeres penetraron en el urinario de caballeros, cual grupo de gacelas a la carrera, y entre risas, lo que, he de confesar, me cortó la dulce meada de la que estaba disfrutando, se posesionaron las citadas mujeres de sendos departamentos de cagar que estaban ubicados en el urinario de caballeros.

    ¿Se imagina que hubiese acontecido sí hallándose una señora en el urinario de señoras, tal departamento de la evacuación hubiese sido invadido por cinco hombres?

    El barco se hundió; no he sabido cómo fue que se hundió, tampoco me interesó nunca la causa del hundimiento, no me preocupó, lo confieso. Sé que estuve nadando durante algún tiempo, que una sardina me acompañaba... "nos atacaron los tiburones y me separé del banco" dijo, sería allá por el Cabo de Buena Esperanza, pensé yo. Y sin saber más llegue a una playa; "es la del Pedocin", dijo la sardina, quién de inmediato se despidió, ya que ella, según dijo, moriría si abandonaba el agua. 

   

   Vi un muro que partía en dos la playa, y sobre el mismo vi como a una parte del muro se bañaban los hombres, mientras que en la otra lo hacían mujeres y niños. Como sentí ganas de orinar, lo hice en dirección a la playa de los hombres; no podía ser de otro modo. Sí en el barco había un urinario de hombres y otro de mujeres, me pareció legítimo que a una parte de la muralla se bañasen los hombres y al otro las mujeres...