domingo, 27 de septiembre de 2015

02508-44.EL VIAJERO MADURO: 03.Alcoy: Cruz y Ermita de San Cristóbal (Alicante)

DOCUMENTO ANTERIOR:
00115 (01.05.2010 - 01.El Valle de Alcoy)
02255 (17.04.2015 - 02.Alcoy:  Sierra de La Serreta)
02487 (14.09.2015 - 01.Jijona: El Salt)

DOCUMENTO POSTERIOR
02531 (13.10.2015 - 01.Hoces del Cabriel: De Contreras a Cuchillos)
02557 (25.10.2015 - 04.Alcoy: Barranco del Cing)


    La CRUZ y la ERMITA DE SAN CRISTÓBAL se encuentra en una cota de 917 metros sobre el Ayuntamiento de Alicante, y se sitúan al oeste de la ciudad de Alcoy en una cota de 200 metros, lo que presenta un desnivel de unos 700 metros. Su visibilidad es prácticamente absoluta desde cualquier punto de Alcoy, ya que solo basta mirar al oeste para encontrarse con el Monte de San Cristóbal, donde cruz y ermita están ubicadas.

    Desde Alicante, entramos en Alcoy a través de la N-340 por la Calle Alicante, cruzaremos el Puente de Cristina sobre el Río Barchel, seguiremos por la Calle Alzamora y llegaremos a la Iglesia de San Roque, donde se inicia la Avenida de la Alameda, y llegando a la Plaza de la Constitución giraremos a la izquierda por la Calle Juan Valls, que sube pina, y a su término giraremos a la derecha, tomando la Calle Perú, donde giramos a la izquierda por la primera bocacalle, que sube pina, girando a la izquierda por la primera calle que es del C.D.Alcoyano, dejando a nuestra derecha el Colegio de La Salle,  y en cuyo final estaremos en la Carretera del Barranco del Cing, muy pendiente hacia arriba, hasta un meandro que hace el asfalto y que nos sitúa en la entrada al Barranco del Cing.

   Aquí se inicia la CV-796, que tomamos. Nos encontramos en el nivel 600 de altitud sobre el Ayuntamiento de Alicante, y vemos Alcoy 400 metros abajo casi en toda su extensión. Unos 300 metros más adelante cruzamos el Túnel Rocoso, donde tenemos la sensación de haber penetrado en una gruta ya que las paredes del mismo mantiene la forma de las rocas, figuras puntiagudas y redondeadas nos acompaña durante unos metros mientras nos envuelve la oscuridad propiciada por la curvatura de la deriva. Durante 500 metros progresamos hasta los dos pináculos que forman la entrada al PREVENTORIO MARIOLA LA ASUNCIÓN, que fue casa de reposo para niños tuberculosos, hoy convertido en Residencia de la Tercera Edad, hasta que llegamos a la CANTINA DEL PREVENTORIO, situada a la derecha de la carretera. Aquí dejamos el coche.

   Nos encontramos en las estribaciones del Parque Natural de la Sierra de Mariola, cuya extensión es de unos 170 kilómetros cuadrados. Junto a la Cantina hay un camino carretero, en cuyo inicio encontramos el indicativo de SAN CRISTÓBAL y la distancia de un kilómetro que debemos recorrer.  Encontramos en este punto un ÁREA RECREATIVA que se dispone a lo largo de un barranco que asciende; iniciamos la excursión.

   A la derecha del camino se va extendiendo el Área Recreativa configurada en terrazas, que dispone de bancos y mesas, lavaderos y barbacoas cubiertas por una semicúpula de piedras, con sombras casi perpetuas al amparo de pinos y chopos. A mitad de este camino carretero y si miramos a lo alto, a la derecha, veremos la cumbre que es nuestro destino; no olvidemos que estamos a una altura de 660 metros y que la cumbre se sitúa a 917 metros, siendo tal la distancia que tenemos que salvar con una senda de un kilómetro. Recorridos los 100 primeros metros, llegamos a la cabecera del barranco ; vemos primero una balsa que recoge el agua de una fuente, oculta tras una caseta, inmediatamente por encima de la misma. Aquí el camino carretero termina y se inicia un camino de herradura que nos llevara a lo alto.

   La senda de herradura se inicia casi como llaneando, inicialmente hacia el sur, resulta cómoda y fácil y pronto alcanzamos los 700 metros de altura en dirección este. Comienza el zigzagueo; pequeños recorridos de pocos metros que acumulan cantos rodados y las primeras piedras, algunas pulidas por las botas, se agarran a la senda. En apenas 250 metros en línea recta desde el punto de partida hay 200 metros de desnivel, pero la distancia recorrida es mucho mayor; estamos en el nivel 800 de altura, rodeados de pinos, muchos de los cuales mantienen secas sus ramas inferiores y cargados de piñas, pero que resultan verdes y vivos en sus alturas; oímos el trompeteo o chillidos de las voces de águilas. Nuestros ojos las buscan, pero no... no vemos sus figuras en contraste con el azul del cielo.

    La senda cobra una evidencia de accidentada; se estrechan las curvas de nivel, aumentan los cantos rodados, las piedras pulidas por las botas, mientras pasamos por una zona algo despejada; ahí están, majestuosas las aves de presa nadando en el azulado mar del cielo, con el fondo de crestas blancas de nubes, mientras se pierden por el roquero de la cumbre. Luego miramos a las montañas; vemos la umbría del monte del Carrascal plenamente llena de verde, La Serreta a su izquierda, entra ambas y al fondo la Sierra del Plans y a su vera la umbría de la Carrasqueta. El Viajero Maduro está encantado.

     Tortuoso y estrecho, no es fácil andar el camino, nos encontramos escalones naturales, formados por rocas, que salvamos usando el bastón y la mano libre. En ocasiones paramos; hacemos fotos. Aumenta la foresta. En un tramo de 150 metros en línea recta hemos pasado de 800 metros de altura a 880 de desnivel, y estamos en la base del roquero de la cumbre, cuando nos acoge una pequeña explanada de tierra de apenas cinco metros cuadrados, donde en el suelo vemos una cruz incrustada que señala la deriva del vericueto en el que nos esforzamos; alto pinos y un aire refrescante nos conducen a una umbría. Por fin las aspas de la CRUZ vemos, y vemos a las águilas, silenciosas, pasar de nuevo. Estamos en la curva de nivel 900; se aviva el ánimo, quedan pocos metros, tal vez 100 metros.

    Hemos llegado, vemos al norte la cordal tras la cual se esconde el Barranco del Cing, las suaves pendientes de EL BARADELLO, y al girarnos la "cruz" esta primero, tras ella se levanta la "ermita". Buscamos el paso alado de las águilas sobre la cordal; solo vemos cielo. Nos encontramos en un espacio amplio, bajo las sombras de pinos, hay unas mesas y bancos de piedras, y nos llama especialmente una construida para niños. Unos 40 metros nos separan de la "cruz" y unos veinte más de la "ermita", en una suave pendiente de suelo empedrado. El PARAJE dispone de pinos frondosos y oportunas sombras que dan frescor al interior de la nave religiosa, mientras que su perímetro está protegido bien por muros de piedras, bien por una balconada. El Viajero Maduro rodea el templo mientras admira el contenido de la ancha panorámica; además de las ya citadas, Aitana, La Serrella, Alfaro y Almunia así como todo el Valle de Planes, llenan la vista al tiempo que dejan entrever los diferentes valles, se unen a una visión de Alcoy que es la que deben de tener las águilas. 

     La CRUZ es de hierro con remaches, nos recuerda a la típica construcción de la revolución industrial, y se eleva sobre una basa de piedras que forman como una pirámide truncada; tras ella, se abre una explanada, ligeramente inclinada, que termina en unos escalones y que nos permite llegar a la ERMITA, que es de piedra, de unos quince metros de largo por unos cuatro de ancho. Un nartex nos recibe, es un cuadrado cerrado por la derecha y abierto por la izquierda, y a ambos lados unas bancadas de piedras, siendo su función la de proteger la puerta de la ermita, que no existe, salvo el marco con forma de bóveda de casi medio cañón. En el interior observamos tres arcos ojivales achatados que forman la única nave de la ermita y una cabecera semicircular donde se sitúa el altar. Se ve, según se entra y a la derecha, en el segundo tramo, un hueco que antes debió de corresponder a una puerta lateral. El suelo está empedrado, son las paredes y el techo blancos, y aparecen multitud de exvotos, en forma de papel, recordando a los muertos. 

     El Viajero Maduro se sienta, toma aliento, bebe agua; queda el regreso.

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