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03098 (01.09.2016 - 01.Las llaves)
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¿Qué salía del lecho?, se preguntaba.
Unas lucecitas pálidas,
las almas del purgatorio,
bailaban sobre las sabanas.
María felizmente las contemplaba; con los tránsitos de los años las fuerzas físicas dan lugar a otros ánimos, y María se dejaba llevar por ellas porque ya no estaba su cuerpo para asaltos. Revivía aquellos tiempos faltos del calórico, que según le dijo La Vieja Marta está en el seno de la tierra y en todos los cuerpos, mientras la dejaba arrimarse en aquellas primeras de compartir lecho. Poco después, cuando la primera noche quedó sola en su habitación le dijo:
- ¿Notas ahora el frío de la cama?. Sentirás luego el frío de tu cuerpo. Arderán las ruedas de los carros, saltarán chispas del pedernal y tú, mi pequeña, sentirás enfriarte tu cuerpo..., calentará el sol la tierra, pero cuando el sol falte, mi pequeña, el aire se enfriará y la tierra, que ama al aire, de ella hará brotar calor de amante, de modo que esas gotas de amor, como todo en el tiempo, vendrán a enfriarse y caerán sobre las cosas con el nombre de rocío.
- Dime María -preguntó La Sobrellaves a La Vieja antes de que esta última se marchara- ¿En alguna ocasión un hombre entró en tu cama?
- En muchas -contestó-
- ¿Qué es un hombre? -preguntó La Sobrellaves-
- Un castigo de la naturaleza. ¿Qué hicimos las mujeres?; no lo sé. Pero..., ¡Tan mal lo hicimos!, ¿qué daño hicimos?, ¿a quién?. Sin embargo, no lo dudes, cuando un hombre quiera entrar en tu cama, ¡no lo dudes!, déjale entrar, y sino conoces su nombre, ni sabes de dónde viene, ni hacía dónde se irá, ¡mejor!, déjalo entrar en tu cama, pues el hombre, como toda incomprendida necesidad, es lo más suave que una mujer pueda hallar, no lo dudes, en esta vida -se miraron dulcemente, y siguió- Se llamaba Imán, era de carácter metálico, de color casi negro, nacido en Elba, forjado contra los golpes, infundible, atrayente, dominador en sus pensamientos y apasionado en sentimientos. Imán fue mi esposo, aunque él nunca lo supiera
- ¿Estuviste casada?
- Nunca he estado casada, lo que no quiere decir que nunca tuviera esposo. Son, el matrimonio y la unión, asuntos indiferentes el uno al otro. Ninguna María ha estado casada, y de igual modo ninguna María ha muerto virgen; y aún hay más, ninguna María ha sido madre. Dicen las crónicas de Jarmo que la Casa de Impala desaparecerá cuando una sobrellaves dé a luz.
Se detuvo mientras los veía venir de acá para allá por el Patio de Paces. ¿En qué consistía el futuro?. Impala siempre había tenido un heredero, una sobrellaves, un panetero. ¿Y ahora?
- ¿Qué haces? -le preguntaban las lucecitas a María. Y antes de que ésta pudiera contestarles, aquellas perdían con la muerte tan corta vida, que a María la boca abierta se le quedaba viendo como aquellas lucecitas desaparecían en aquellos haces de luna. Comía, bebía y defecaba cuando quería, pues en aquella alcoba el día y la noche eran tan sólo aquellos haces; hablaba con las paredes que, maleducadas, no respondían, y miraba las fotos que el Empíreo guardaba en una mesilla; fotografías de ellos dos solos, de aquellos tiempos de desnudos, de aquellos días de palabras y silencios, fotos sagradas, como dioses, nunca vistas. Y le prevenían: "¿los has visto?, ¿te buscan?"-
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