sábado, 27 de abril de 2024

08208-174.LIBROS: 57.Contribución a Así habló Zaratustra de Nietzsche: 03.Conclusiones: 01.La Doctrina

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08203 (26.04.2024 - 56.Contribución a Así habló Zaratustra de Nietzsche
                                  02.Conclusiones: Razón y Locura: La Idea)

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08213 (28.04.2024 - 58.Contribución a Así habló Zaratustra de Nietzsche
                                  04.Conclusiones: 02.La Doctrina)


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       El resultado de toda idea es una DOCTRINA, y dos son los sujetos de toda doctrina; el maestro y su alumno, sin estos no existe doctrina.

     La ESTRUCTURA DE UNA DOCTRINA, dice Cómodo Centón, dispone en su parte superior a Lo/Eterno o Dios que traslada, mediante visión, al Profeta una doctrina, que traslada, mediante enseñanza, a los alumnos que mutan en grandes maestros, que traslada, mediante instrucción, a los alumnos mutados en maestros, que traslada, mediante educación, a los eternos alumnos. Asimismo, para que el PROFETA pueda ejercer su enseñanza precisa de un cuerpo, de un alma, y de una conexión.

      La doctrina, con ciertas variantes, siempre es la misma; pórtate bien, mientras vivas en la Tierra, si quieres vivir en el Cielo, concluye Cómodo. Además, responde a varios sistemas.

      En un SISTEMA MULTIDIOSES nos encontramos con una variedad de dioses especializados, cada uno, en una determinada materia divina y, además, uno entre ellos que prevalece sobre los demás, el cual ejerce de supremo ya que dispone de la suprema potestad. Puede suceder que estemos ante un SISTEMA MULTIESPÍRITUS donde la variedad de almas divinas ocupe diferentes actividades al modo de reinos de taifas, sin que resulte una prevalente sobre los demás. Y encontramos el SISTEMA UNIDIOS o aquel que dispone de un dios acompañado de una corte celestial de distintas configuraciones, tanto de procedencia divina como terrestre. 

     En los tres sistemas hay una doctrina como norma de “ser”, una estructura posicional que determina los variados papeles que juegan cada uno de los componentes del sistema. En el primer sistema, el dios prevalente ejerce de maestro, en tanto los demás dioses son alumnos. En el segundo sistema, al carecer de un dios prevalente se hace necesaria una idea que sirva de continente para contener a todos sus elementos, de forma que la idea es el maestro y los elementos son los alumnos. En el tercer sistema, el dios es el maestro, en tanto los cortesanos ejercen de alumnos. 

     A su vez los tres sistemas se reproducen en la sociedad de seres humanos, en cuanto maestro que genera un “pensar” o una idea/doctrina y un alumno que la recepciona como “pensamiento”. 

     En la Evolución de Las Ideas de Cómodo Centón se dice que Pensar es echar, aunque no sabemos qué echamos, de modo que un Pensador es aquel que echa algo que se tiene, una idea, siendo así como el maestro transforma su idea en un pensamiento que esclaviza al alumno. Lo importante no es la Idea en sí, que procede del Pensar, sino el Pensamiento que produce la continuación de la idea que ha sido pensada. EL PENSAR “ES” porque se manifiesta, a pesar de que no sepamos qué es el pensar. Implica lo dicho que “el pensar”, una vez pensado, se deposita en un PENSAMIENTO, de modo que una vez se posee un “pensamiento”, se deja de “pensar”.

    En todo caso, para que una idea prospere precisa de no ser terrenal, es decir, sea un pensamiento político, sindical, social o similares, de ahí que el inventor/profeta de la idea exprese que la dicha idea no es suya, sino que procede un elemento celestial, o no terrenal, que le ha sido dictado por “dios” en cualquiera de sus formas. Así, una luz, una visión, un sueño o un padre. 

      En el caso de Zaratustra se trata de una luz (universo) venida de un padre (el sol)

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