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Llegó, la hora llegó. Aquellos que durante años obedecieron a MUBARAK DE EGIPTO vienen ahora a encarcelarlo para juzgarlo y condenarlo; los hijos yacen en prisión, Mubarak ha preferido caer enfermo del corazón y seguir, de momento, en su finca, a la que se retiró, con su familia, tras dejar el poder a su vicepresidente, con la condición de que le dejasen en paz.
Pero hay una realidad inherente a todo tirano: cuando un dictador deja el poder, se expone a entrar en la cárcel, dice Cómodo Centón. De ahí que FRANCISCO FRANCO, el Dictador-Listo se muriese en la cama.
GADAFI es un dictador que tira más a Franco que a Mubarak, y cuando le llegue la noticia de su amigo Mubarak en la cárcel, pues aún tirará más a Franco. Gadafi nunca negará entrevistarse con quién sea; Franco lo hizo con Itler (para los ilustrados Hitler) y luego con Eisenover (para los ilustrados Eisenhower); si le llaman de la Otan para hablar, se reunirá, pero lo hará en Trípoli, mientras tanto aceptará el "alto el fuego", le conviene que los franchutes (para los ilustrado "franceses") y la raposa (para los ilustrados "Inglaterra") no le disparen, pero como los REBELDES no aceptaran la Hoja de Ruta Trampa de la Unión Africana, Gadafi podrá seguir atando a los rebeldes, ante la desesperación de franchutes y raposa que ven como sus "colonias" de la Unión Europea no están por la labor de gastar misiles en Libia.
Así que... MUBARAK tiene, ¡por infeliz!, lo que se merece; porque lo del atado y bien atado no existe.
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