lunes, 25 de abril de 2011

00538-35.SOY EL DESCANSO DE MI MISMO: 01.De Lo Eterno a Lo Eterno

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La Idea del Hombre evoluciona, es la idea misma del hombre, y en la evolución de la Idea queda inmerso el Pensamiento de que así se alcanza Sabiduría, la que se obtiene por el mero Pensar y su instrumento el Razonamiento, no obstante el Razonar tiene como objetivo final el propio instrumento del Razonamiento, esto es, Pensar, sin que medie la validación del proceso que ya, de por sí, se valida, si lo que hace en Lo Eterno deriva en lo Eterno. Dicho de otro modo, de Lo Eterno a las Ideas, de las Ideas a la Materia, de la Materia a Lo Eterno. Así en la Naturaleza Creante Increada, que crea y no es creada, encontramos Lo Eterno como principio de todas las cosas, ya que, ciertamente, tiene la capacidad de crear y por nada ser creado. Tras Lo Eterno, como queda dicho, nos hallamos ante una Naturaleza Creada y Creante, que crea y es creada, donde las formas inteligibles de un mundo de ideas son capaces de proporcionar creación previa creación por Lo Eterno de las misas; aquí brotan las formas ejemplares de todos los géneros, especies e individuos. La deriva sigue dentro de una Naturaleza Creada y No Creante, que es creada y no crea, esto es, la Materia, que es eterna pero reducida dentro de un proceso que siendo creado de Lo Eterno evoluciona sobre sí mismo, y que se caracteriza por responder a una Naturaleza No Creada Ni Creante, que ni crea ni es creada, y cuyo esencial destino es volver al principio de donde las formas y variedades del mundo espiritual y sensible brotaron, así Lo Eterno. Este proceso, que es del todo indemostrable, se sustenta en la FE y conforma por el SABER, fijándose una síntesis de ambos, dos caminos que llevan al mismo sitio, puesto que uno no puede prescindir del otro, de modo que la Doctrina de la Fe ha de convenirse con una visión Racional y Lógica; nos encontramos ante la Fe que trata de comprender por la Razón. Lo Eterno, pues, lo es por sí mismo, es la totalidad de la realidad, en lo que todo tiene participación, de modo que su existencia no se deduce de la realidad ya que él es la realidad, y de él viene el conocimiento intelectual del Hombre, instrumento que sirve para conocer a Lo Eterno a través del Alma. Sin embargo la Idea del Hombre vuelve a mostrar la mutabilidad del pensamiento, en el sentido de que si bien los UNIVERSALES existían en sí y antes que los SINGULARES, estos nada añadían a los conceptos generales ya que los conceptos universales formaban el todo de lo concreto. Pero, y a su vez, solo las cosas concretas e individuales se podían entender como reales, de modo que los aspectos universales nada añadían al Saber. Esto incidia directamente en la Ley Moral como obligatoria para todo Hombre dotado de "razón", transformándose en solo una opinión o intención subjetiva de cada hombre.

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