jueves, 21 de abril de 2011

00535-17.PRINCIPIO DE LA HISTORIA: 03.El mito de la caverna

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"Mi querido Exlibrista, el concepto de muerte extrae de la realidad que la muerte existe; el abuelo ha muerto, dices. Esta enunciación sobre la realidad nos es dada por una asociación de conceptos que nos permite emitir un juicio, en este caso el juicio es cotidiano y es científico: la muerte existe y es universal. ¡He aquí la razón!. Pero el razonamiento que observa el hecho de la muerte, no advierte el efecto que ésta causa. Cursa aquí el límite. Lo que el hombre razona sentado en el banco de la caverna es la realidad que tiene frente a él, es decir, la muerte existe, derivándose en una de dos vías, siendo la primera que hay una causa anterior en la que deriva la muerte, conocida como absoluto, y correspondiendo la segunda que todo efecto puede ser el resultado de diversas causas que, a su vez, y cada una, tiene su origen en diferentes efectos o bien que toda causa deviene de efectos originados por causas, es decir, como relativo. Por la primera se impone la religión, por la segunda la ciencia. La primera es estática, la causa y el efecto son la misma cosa; así, el hecho de la muerte y la sombra que la hoguera proyecta de la muerte son lo mismo. La segunda es dinámica, requiere de un inicio, que no principio, desde donde se evoluciona o involuciona en busca de una sucesión interminable de causas y efectos".


Me serví más café.


"N0 vale" dijo mi Abuelo, y siguió diciendo "la incapacidad del Hombre para volverse y contemplar la sombra proyectada tras él, lo inclina a enunciar un notorio invento, que hay que ser más profundo, que precede a cualquier otro y que se da a conocer en la manifestación; este ser, afirman, fue el que encendió la hoguera. La cuestión no consta en el ser o no ser que dijo el más grande autor de teatro, la cuestión no está en el Hombre. ¿Quién encendió la hoguera?, he aquí la cuestión. Quién descubra al incendiario será el más grande de los hombres en todo el decurso de la historia; ese descubridor hará que los hombres dejen de inventar dentro del saco de la ignorancia, ese será quién se levantara del banco de la caverna y traspasará la realidad, ignorando el falso camino de las sombras".


Dije, entonces "no lo comprendo"


Y mi abuelo, con harta paciencia, insistió "sentado en el banco de la caverna ve el Hombre la realidad que tiene ante él, la que le entra por los sentidos, la que da origen a sus ideas, la que deviene la forma universal en abstracción. Esa realidad se ve porque la hoguera, más allá de la realidad, ilumina a la realidad produciendo un mundo sensible real y experimentable, al tiempo que produce un haz lumínico que transporta tras el Hombre las sombras, que son el origen de la duda. Así sucede que muero, me rescatas, regreso. La cuestión no es de dónde regreso sino a dónde he ido!"

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