lunes, 18 de abril de 2011

00533-15.PRINCIPIO DE LA HISTORIA: 01.El mito de la caverna

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Yo tuve un abuelo, quién se encontraba en mal estado, y quién, por lo mismo, se mostraba reacio a seguir viviendo. Era un buen hombre. Trate de animarle -siguió EL EXLIBRISTA- diciéndole que bien podría esperar un poco, al menos hasta que preparase un café, que la muerte podría esperar un algo más tras tantos años de espera; asintió con desgana, como considerando mi ignorancia, por lo que amenacé con despertarlo, con la promesa de que tras el café podría morir a su antojo. Asintió, y lo deje solo. De regreso con el café, mi abuelo no respiraba, "puñetero" pensé, y lo deperté de la muerte y animé a beberse el café, "puñetereo" dijo él, y en aquellos minutos de reencuentro me dijo "la muerte no existe, es un mito. Todo comenzó con los Mirmidones, aquel día que las hormigas se trocaran en hombres, por expreso deseo de Eaco de Júpiter, tras la despoblación que en Egina provocara la peste. Desde entonces es al modelo al que perseguimos, convencidos de necesitarlo. El fondo del mito es la forma, y la representación de la misma es la idea que la produce y, por lo tanto, el fondo que resulta. Así es como Aristocles, hombre de ancha frente y hombros de palpable anchura, nos anima a abandonar las sombras y a conocer la realidad; sin embargo, lo cierto es que por el hecho de ver morir a un hombre, surge en el vivo la idea de la existencia de la muerte, de modo que lo que los hombres atados a un banco , y sin posibilidad de volverse, ven, no es la sombra de la muerte sino su realidad, de tal manera que no ignoran la existencia de la muerte sino su resultado o la sombra que el foco de luz produce en la muerte y proyecta sobre una pared que está a espaldas de los hombres amarrados a un banco y en el interior de una caverna. Es, pues, la realidad lo que nos impide ver el resultado; dicho de otro modo: la causa o muerte es lo que vemos, su efecto o destino lo que no percibimos. Yo he muerto y tú interés por mí me ha despertado. ¿Qué soy ahora: un muerto o un vivo?

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