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Sin embargo, negar Lo Humano positivando Lo Eterno, invierte la visión sobre la vida desde un extremo de sumisión total a Lo Eterno a un abandono del Hombre por parte de Lo Eterno. Ciertamente sumisión y abandono dejan sin contenido el LIBRE ALBEDRÍO en el Hombre si por tal se entiende el ejercicio de la libertad en la forma de elegir y hacerlo sin coacción queda superado todo entendimiento. Ahora bien, el Hombre es una magnitud finita, considerando dentro de un espacio-tiempo, determinada por lo infinito, sin que pueda fijar ni en cuándo ni el dónde de lo absoluto. Es así como sufre el Hombre las penalidades propias de las amenazas resultantes del abandono de su finitud, de modo que la vida del Hombre es una MUERTE DIFERIDA en cuyo contenido late, absurdamente, el ANHELO DE VIVIR. Aquí se encuentra la VOLUNTAD; en todo Fenómeno Natural hay voluntad en cuanto a la Cosa En Sí, y en el Hombre toma la forma de Conciencia En Sí ante el mundo en forma de REPRESENTACIONES, donde donde la manifestación del mismo, su superficie, es lo Subjetivo en el Hombre haciéndose uso de los sentidos para ver, oír, tocar..., resultando de enlace entre los mismos una Asociación de Representaciones, que son estrictamente necesarias, y que se aplican como fundamento matemático, de la síque, del juicio y como causa de la Naturaleza. Todo el descrito sistema del PESIMISMO, es decir, ya que el Principio de Individuación se soporta sobre la relación finita de espacio-tiempo, es precisa una NEGACIÓN DEL MUNDO a través de la Voluntad, lográndose tal proceso con la renuncia de los deseos y la explicita pérdida de la conciencia del YO, lo que deriva en la aparición del "nirvana" budista.
Dicha derivación en la contemplación, aunque como apéndice, se basa en el SABER como intuición más pensamiento, estableciéndose ésta senda como lo único seguro para caminar sobre la Ciencia, afirmándose que el Hombre debe partir de la "experiencia", la cual ha de ser INDUCTIVA, para una vez obtenido el resultado reinvertir, de nuevo, el proceso hacía lo Eterno. Sin embargo, en un aspecto todo cambia. El SABER ya no es algo primario, el conocer la Verdad por sí misma, sino un medio para alcanzar un fin que consiste en dejar de pensar como es y debería de ser el Conocimiento, cambiándolo mediante una transformación real del Mundo en lo que hace referencia a las condiciones de vida de los hombres.
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