domingo, 26 de febrero de 2012

00936-29.EL CINE: 01.No habrá paz para los malvados

Documento anterior   00917
Documento posterior  01247

           Película española del director Enrique Urbizu, del año 2011, de 1,44 horas, interpretada por José Coronado, Juanjo Artero, Rodolfo Sancho y Helena Miquel entre otros. La dirección artística de Antón Laguna, la fotografía de Unax Mendia, el montaje de Pablo Blanco y los efectos visuales de Óscar Perea. Responde al género policíaco y cuenta la historia de un policía que se dedica a matar, a perseguir para matar y que finalmente, por pura necesidad del guión, evita un atentado terrorista sin tener conciencia de haberlo hecho.


          NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS se estructura en tres partes; un policía que, en su borrachera, asesina a tres personas, deriva en una investigación judicial sobre drogas, que finalmente desata una trama terrorista; lo curioso es que a lo largo de la NARRATIVA no se entera ni "el policía" ni "la juez" ni "el Comisario del Servicio Exterior", lo que se verifica en la ubicación de las "cuatro bombas" en un Centro Comercial. El enlace entre las tres circunstancias es prácticamente inapreciable, y si en esto el GUIÓN cumple bien, véase los planos fijos finales, viene a fracasar en el resto de la narración: los diálogos son, en general, confusos, poco aportan a la trama, y están presentes en la mitad de la cinta, correspondiendo a la otra mitad silencios y ruidos ambientales. Los EFECTOS VISUALES abundan, se engarzan bastante bien con la planimetría de la película, son abundantes en la búsqueda del "testigo" que realiza Santos Trinidad (José Coronado), mientras vigila en el coche o se mueve por diferentes locales y viviendas, en especial cuando cambia de estancia; ejemplos de ésto es el disparo sobre el espejo en el club de alterne, la vigilancia en la calle de un polígono del almacén de los terroristas. Cierta épica vemos en la secuencia de la destrucción del revolver y ocultación de casquillos con quema de diversa documentación, extremo éste que puede verse en las primeras páginas de una novela llamada APIOLAR. Lo mejor de la película, en éste sentido, es al final de la misma, tras el degüelle de los terroristas, que Santos Trinidad camina herido, momento en el cual la cámara pasa de la posición vertical de la misma a una horizontal, describiendo un ángulo de 90º grados hacía la derecha y rectificando a la posición vertical de la cámara siguiendo una curvatura, todo lo cual dura unos cinco segundos, que son suficientes para producir cierto vértigo en aquel espectador que, aún, se encuentra concentrado en el visionado y ha logrado olvidar el degüelle previo. Con cierto interés cabe añadir dos "picados" y un "contrapicado", los tres sobre Santos Trinidad, varias panorámicas, algunos planos de detalle y planos de media figura, que se complementan con planos que igualan la importancia del ambiente con los personajes, donde preside la "juez". Por último, en este apartado, hay que darle especial valor estético a los dos desplazamientos de la cámara hacía adelante que terminan en sendas FOTOGRAFÍAS de la mano del Santos Trinidad sosteniendo un revolver con un solo dedo.

          El MONTAJE con ser bueno no logra resolver los muchos problemas de guión. El SONIDO bien tomado, técnicamente de lo mejor de la película. La MÚSICA sin interés. Nada interesante tanto la DIRECCIÓN ARTÍSTICA como la DIRECCIÓN. Y nada que decir de MAQUILLAJE y PELUQUERÍA. Notable la CARACTERIZACIÓN de José Coronado, que realiza la mejor interpretación, sobrio Juanjo Artero, indiferente Rodolfo Sancho, e insípida Helena Miquel, acaso por el frío papel de juez. NO queremos entrar en polémica pero si a la "mujer" se la llama jueza y señoría, el "hombre" debería ser juez y señorío.

          Cinta que no pasará a la historia aunque tenga el "goya" a la mejor película y mejor director, entre otros. Decepcionante, algo pesada, en ocasiones aburrida, que carece de atracción en su visionado y que no siendo de largo metraje se presenta ociosamente larga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario