jueves, 19 de junio de 2014

01895-222.ESPAÑA: 01.Felipe VI: De España a Europa

DOCUMENTO ANTERIOR: 01892 - 01886

DOCUMENTO POSTERIOR: 02091 (07.12.2014)

                                                                  -I-

   Dice Cómodo Centón que nació y vive, y espera morir, en un país llamado ESPAÑA; un país, el más antiguo del mundo si lo referimos a su unidad y fronteras vigentes, y ésto a pesar de bandas asesinas y bandas independentistas que solo buscan sus "reinos personales". Una nación de 500 años forjada por decisiones "reales personales" que respetaron las identidades de sus coronas y reinos, que fueron gobernadas por la fuerza unipersonal de reyes y dictadores. Una nación que al alumbrar la Constitución de Cadiz de 1812 quiso pasar de ser una nación de países a ser una nación, que tomó la bandera roja-amarilla-roja como la bandera de la libertad, la bandera que unía a la monarquía absolutista con la monarquía constitucional, que cambió las camarillas palaciegas por los partidos políticos, y que tras 200 años de guerras, golpes de estado, proclamaciones independentistas, repúblicas, una que mantuvo la bandera bicolor y otra que muto una franja roja por una morada, y que realizó la transición política más perfecta de la historia de la humanidad, pasando de una dictadura a una monarquía parlamentaria-constitucional donde un hombre, Juan Carlos I El Grande, entregó la soberanía y todos sus poderes a un pueblo, llamado español, que HOY ha ejecutado, con semejante grandeza de pueblo, y a pesar de los paranoicos vigentes como ciudadanos republicanos y ciudadanos independentistas, un refrendo perfecto de la transición.


                                                                 -II-

    Si al morir Carlos II de Austria la legitima herencia era Felipe V de Francia, y el usurpador era quién pudo ser Carlos III de Austria, la guerra que se planteó entre el legitimo y el usurpador dividió a los reinos de España en dos claros y significativos bandos; aquel bando que buscaba la unidad bajo un concepto centralista de Estado, tipo francés, y aquel bando que buscaba las correspondientes independencias de unos territorios en relación a la totalidad del concepto de España. 

    El bando tipo francés abrazaría posteriormente el concepto constitucional de Estado, mientras que el bando tipo austracista abrazaría posteriormente el concepto totalitario de Estado. De ese enfrentamiento entre democracia y totalitarismo, se celebrarían varias guerras carlistas, algún que otro pronunciamiento independentista, una banda terrorista y varios nacionalismos de derechas que, en la actualidad, aún perduran en algunas regiones españolas, las mismas que apoyaron al totalitarista austriaco conforme su totalitario histórico pensamiento que, aún, persiste y emponzoña la vida ordinaria de España con la inestimable ayuda de unas izquierdas que han perdido su sentido internacional de la vida y de la existencia, que levantan banderines egoístas y localistas....

                                                                  -III-

    Felipe VI es un rey; sí, es un rey. ¿Y qué sentido tiene un rey en el siglo XXI?. Respondamos claramente: ninguno. Ni en Suecia, ni en Dinamarca, ni en Holanda, ni en Bélgica, ni en Gran Bretaña, ni en Luxemburgo, ni es España; ni tiene sentido, ni tiene lógica.

    El sentido y la lógica está en Europa. Sin embargo... ¿cuántos europeos hay en Europa?. Aún más..., ¿existe Europa?

    Europa, dice Cómodo Centón, no existe; existe la Unión Europea, y en la Unión Europea caben monarquías y repúblicas, pero en Europa no caben ni monarquías ni repúblicas. 

    Además... dice Cómodo Centón que no quiere una monarquía por los mismos argumentos que no quiere una república, ni quiere una dictadura por los mismos argumentos que no quiere una monarquía ni quiere una república.

                                                                -IV-

   Queda, pues, el sentido común... sí algo funciona bien, ¿por qué cambiarlo?. Felipe VI representa el buen funcionamiento de algo que contiene desigualdad, corrupción, maldad, religión, ideologías, utopías y topias, pero también libertad, bondad, elecciones, mejoras y, sobre todo, posibilidad de mejorar.

   Cabe esperar... para cambiar siempre el espacio nos ofrece tiempo.
   





No hay comentarios:

Publicar un comentario