DOCUMENTO ANTERIOR: 01902 - 01918
DOCUMENTO POSTERIOR: 01933 - 01999 (07.10.2014)
El ÉBOLA, un hijo de Dios con 40.000.000 de años, sigue su viaje que iniciado en 1976, y quiere conocer mundo; en cierto sentido está en su derecho. ¿A quién se le puede negar, después de permanecer durante 40.000.000 de años en su pueblo, salir a ver mundo?.
VER MUNDO es una idea humana; todos los humanos deberíamos "ver mundo" porque en ese ver mundo se cobra cultura, se entienden civilizaciones y se infla el espíritu de saber. Pero esa idea humana de ver mundo es humana, y la humanidad que tanto instruye a sus hijos en ver mundo, se empeña en negar la visión del mundo a "otros hijos de Dios".
Ahora bien, "ver mundo" es una idea restringida; no todos los Hijos de Dios tienen el derecho de ver mundo, ya que no todos los Hijos de Dios son iguales, de manera que hay Hijos de Dios más iguales que otros, de lo que se evidencia que la desigualdad es la norma que prevalece en este asunto de "ver mundo".
Ébola, según la idea del hombre, no tiene derecho a ver mundo; se ha de quedar restringido en su casa o ha de morir, no caben ideas intermedias ni consideraciones misericordiosas caben, ni surte recibo extender el derecho humano más allá de lo humano. Pero Ébola ha salido de su casa y empieza a conocer mundo, y le gusta lo que ve porque eso que ve es territorio de caza, de reproducción y de vida. Ébola, tal vez, y solo tal vez, ha comprendido que más allá de su casa, hay vida. Y quiere extenderse, desarrollarse y conquistar la tierra. Ya ha tomado Guinea, Sierra Leona y Liberia, y ha puesto su pie en Nigeria....
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