jueves, 16 de agosto de 2018

04518-89.POLÍTICA: Bernard Mandeville (1670-1733) : Del Egoísmo Personal

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     El asunto se sostiene, conforme la Idea de la Persona, en la idea de LA MANO INVISIBLE, donde los vicios privados son el fundamento de la prosperidad pública o a menor regulación del Estado mayor desarrollo comercial, ya que, por sí mismo, todo tiende a encontrar su determinado equilibrio. Se dice por la Idea de la Persona que el EGOÍSMO PERSONAL produce riqueza, primero para sí mismo y después para los demás, de manera que la regulación por “la mano invisible” solo trae un mayor desequilibrio de lo que ha de ser el equilibrio natural de cualquier cosa. Lo anterior, y el desarrollo posterior de lo mismo, plantean una relación entre la riqueza y la Persona en cuanto a la posición de éste en cuanto a aquella. La Idea de la Persona contempla a la sociedad como un conjunto de diversas actividades que generan riqueza sobre la base de dos pilares como son el bien del conjunto de las personas y la satisfacción personal de necesidades. La Persona renuncia a la guerra como instrumento de conquista de lo ajeno, se reduce la burocracia del “estado” y se eliminan los gastos suntuarios, siendo así que desaparece la pobreza como consecuencia del aumento de la abundancia. La actividad económica se sustenta en su saneamiento y en la lucha contra la corrupción, lo que se hace aumentando la autarquía y, por lo tanto, eliminando las importaciones, lo que genera un mejoramiento del bienestar general en cuanto a solidaridad. Pero tal proceso produce indefensión como consecuencia del rechazo a la conquista al tiempo que hace disminuir la población como resultado del rechazo a las incomodidades de las cargas familiares, de manera que un grupo social ajeno al anterior y que potencia la lucha por la riqueza, logra conquistar el espacio y los expulsa del territorio. Los instrumentos de la victoria quedan comprendidos dentro de la avaricia y de la ambición, como elementos de egoísmo e hipocresía, de manera que el virtuoso es, siempre, derrotado y, por tanto, el Estado no se conserva ante la realidad del vicio. De este modo se entiende que el vicio privado es fuente de progreso ya que genera un beneficio público en cuanto que aporta riqueza y, por lo tanto, permite la existencia del “estado”, de lo que deduce la Idea de la Persona que todo vicio es bueno y, como consecuencia, toda virtud desestimula la economía y genera pobreza, perjudicando el bien social y destruyendo a la sociedad, de manera que la virtud privada solo agrada a Lo Eterno. La caridad es pasar amor propio a espacio desconocido que, en esencia, no nos interesa, de manera que la piedad es propia de espíritus débiles. Al trabajador hay que sucumbirlo en su ignorancia, de modo que solo ha de saber aquello que atañe a su trabajo. En este contexto lo primero es la “pasión” con el instrumento de la “razón”, de tal manera que son los VICIOS los que construyen la sociedad, esto es, la PASIÓN, de manera que no existe la “razón” sino en función la “pasión, o dicho de otro modo, toda RAZÓN es una pasión o vicio encubierto que confunde, desorienta y genera prejuicios, de ahí que la espontaneidad sea buena y deba evitar la razón, conforme a lo la realidad objetiva no es parte del “saber”, lo que niega la posibilidad de emitir una ley que ha conformado Lo Eterno, y está debidamente ordenado, de manera que a la Persona le es imposible conocer y por tanto cambiar, ya que de otro modo lo único que se lograría sería degenerar la obra de Lo Eterno, por lo que, y a la vista de lo cual, la Razón no es y si es el dejarse llevar por la pasión, es decir, dejarse llevar por el instinto, por el vicio, por el egoísmo para desarrollar un bien común y una prosperidad pública. Se entiende, pues, que si la pasión gobierna, la libertad no existe. La JUSTICIA adquiere aquí un concepto extremo ya que si se subordina la razón a la pasión, el egoísmo será lo justo. 

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