domingo, 26 de agosto de 2018

04543-93.POLÍTICA: 05.Nacionalismo: 02.Conceptos de Origen

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       Nos ha dicho la Evolución de las Ideas en el párrafo anterior como los derechos individuales se han de someter a voluntad general de un grupo, como el Derecho Natural se ve superado por el Derecho Positivo, y como éste último es la expresión de un espíritu colectivo de un pueblo como nación e historia. De igual modo no dijo la Evolución de las Ideas que tras la creación de una Isla los Seres Superiores no tenían a quién gobernar, de forma que sobre la Tierra fueron dispuestos los hombres, todo lo cual responde a un solo objetivo, el Mandar uno sobre otro, lo que genera un IDEALISMO DE SUMISIÓN donde solo importa la roca situada en el pico de una montaña, mientras que las demás son meras rocas que viven para evidenciar la grandeza de la que es cúspide. La VIDA ahora viene de la persona, pero la aniquilación que puede producir es, además, sobre el hombre. De tal manera LO NACIONAL se asienta como pensamiento. Nos encontramos en el Sistema de la Isla, ya citado al comienzo de este texto, un nacionalismo radicalmente excluyente, de modo que lo que mora en la “isla” “es”, mientras que aquello que ocupa el resto de la Tierra está en fase de “llegar a ser”. El fundamento lo encontramos en la acción misma del Ser que abandona el consejo de los seres superiores, con el objetivo de crear un ámbito propio. De esta manera los hombres son iguales si siguen al Ser que ha creado la “isla”, mientras que el resto de los hombres están condenados, en vida, al fracaso. El SER protege a los suyos, en su muerte les da casa, y en esa casa vive el futuro. Ahora ya es posible “matar”. Lo primero es la LENGUA como productora de pensamiento y un diccionario del alma, no tiene origen divino sino que viene de la naturaleza espiritual del ser humano. Así, la Lengua es el instrumento del pensar mismo, de modo que crea la personalidad colectiva o carácter nacional. Las NACIONES tienen el espíritu del pueblo y tienen distintas personalidades, por lo que son independientes y diferenciados, a cada una de las cuales les corresponde unos rasgos constitutivos inmutables de tipo cultural, racial, sociológico, y mentirosos. En este ámbito el “espíritu”, nos dice la Idea del Hombre, pierde su espontaneidad y muta en “subjetivismo”, mediante un triple paso dialéctico de modo que al “yo soy yo” se opone el “mundo”, y se obtiene por resultado un YO SUPERIOR ORIGINARIO que tiene el verdadero pueblo y tiene el derecho de contar con un pueblo, de forma que solo él es capaz del amor verdadero y racional a su nación. Tal Superior Originario es pensamiento y obra, busca su trasmisión eterna y ser el origen de las creaciones que duran eternamente, ya que es el núcleo del mundo. El MUNDO ha de someterse al Superior Originario, cumplir con las necesidades del Superior, y ha sido ha de ser, nos dice la Idea de la Persona, porque los “otros” o aquellos que no siguen al Superior Originario, son solo una parte del mundo pasajero. Todo lo dicho está más allá de una Ley Natural, y precisa de una LEY ESPECIAL que une en el Mundo Eterno a los “sumisos de la nación”, en un todo natural y consciente de sí mismo dentro de un Mundo Temporal, de forma que todo lo subsiguiente se adapta necesariamente. Los EXTRANJERISMOS se oponen a la nación, no forman un pueblo en sentido superior, no conocen lo divino ni lo originario, ni conocen el amor, pues la persona no puede amarse así misma si no se entiende así misma, de modo que los extranjerismos solo ven un movimiento circular de la vida visible. Por el contrario la PERSONA NOBLE NACIONAL contiene la fe en la permanencia eterna de su efectividad en la Tierra y se sostiene en la permanencia eterna del Pueblo al que pertenece, consistiendo en esto el AMOR A SU PUEBLO en virtud del amor en “lo eterno”. Se dice entonces que quien no se considera eterno no posee en absoluto amor alguno ni puede amar a la PATRIA. Así, Pueblo y Patria están por encima del Estado, pero el ESTADO es la manifiesta de ambos, de ahí que haya que limitar la libertad del individuo sometiendo sus emociones a un “uniforme”, manteniendo vigilada la uniformidad impuesta. Una NACIÓN, así entendida, no necesita libertad, ya que está determinada para objetivos más elevados que sobrepasan al Estado, de manera que la domesticación del Estado se hace precisa para que La Persona Noble Nacional pueda alcanzar sus fines en lo divino y lo originario. Así, El AMOR A LA PATRIA tiene que gobernar al Estado para establecer una meta superior al mantenimiento de la paz interna, de la prosperidad y del bienestar. En este punto el Amor a la Patria es el amor del Noble Nacional, y la primera misión de éste es hacer que la Persona/No/Noble se entregue quiera o no quiera, siendo justrificable la Esclavitud para lograr tan elevado designio, situación que el No-Noble encontrará soportable cuando sea un INDIVIDUO NACIONALIZADO capaz de admitir la promesa de una vida que, incluso aquí en la Tierra, va más allá de la vida terrena y permita MORIR POR LA PATRIA. La Idea de la Persona nos dice como un PUEBLO que es capaz, aunque solo sea en sus más altos representantes y dirigentes, de tener presente el semblante del mundo espiritual, la autonomía, y de sentirse poseído como los más antiguos de nuestros antepasados por el amor hacia ello, triunfa seguramente sobre otro que solo es utilizado como instrumento de despotismo extraño y para sumisión de pueblos autónomos.

       Conforme a lo anterior hay que significar la realidad que se impone, es decir, los conceptos de Ocioso y No/Ocioso, si bien mantienen su esencia no es menos cierto que dos nuevos conceptos, la Persona/Noble, Nacional y la Persona/No/Noble/Nacional aparecen para definir una NUEVA ESTRUCTURA SOCIAL DE TIPO NACIÓN/NACIONALISMO.

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