DOCUMENTO ANTERIOR
06095 (26.10.2020 - 65.Virus Corona (Evico-19): Pandemia: Concepto)
DOCUMENTO POSTERIOR
06151 (17.11.2020 - Helmintos)
-I-
Me he encontrado con vosotros en la puerta que hay junto a la entrada; yo queriendo abrir la puerta, vosotros cruzando por la entrada sin puerta, y mientras vosotros pasabais, unos tras otros, en fila eterna, yo me quedaba solo sin saber que solo me hallaba.
¡Qué suerte la vuestra!, pensaba, que cruzáis sin la evidencia de estar cruzando, que yo guardo, en mi certeza, la imposibilidad de cruzar al otro lado.
-II-
Entre la entrada y la puerta, hay un hoyo; es una hoya sin volumen, plana y sin escollos, que vosotros dejáis de lado y yo no puedo saltarla, tal vez, acaso, sin duda, porque mi soberbia me impide caracolear el agujero, que, si lo miro, es un foso que no me interesa. Y en ese mirar sin ver, yo me pudro por dentro, como las hojas que caen secas y se tornan resecas, arrugadas, sin necesidad de agua. Pero no pienso; del pensar no siento necesidad, cómo es que prefiero estar seco junto a esta deshidratada hondonada seca, que no quiere agua alguna ni siente la necesidad de tenerla.
De pronto cae un aguacero, gotas de lluvia furiosas, como rabiando por dentro, que golpean, en seco, el portal que os permite pasar adentro, gotas que evitan caer en el hoyo, porque no teniendo volumen la hondonada, serán esparcidas por los cuatro vientos, por miedo, cada una en soledad, a caer en los brazos de la guadaña.
Os miro con envidia, a vosotros que pasáis el quicio del portal sin puerta; llegaréis, tras pasar el umbral, a donde yo no llego, que hay una cancela que me impide entrar dentro, una puerta cerrada por dentro, agarrada al tiempo, sin bisagras, sin cerradura, sin marco al que estar sometida. Y con animosidad os veo, húmedos de vida, guareceros ya dentro, de la guadaña sangrienta que abre heridas sin tiento. ¿Qué delicia ha de ser, ser mojado para desaguarse después?
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