lunes, 1 de agosto de 2022

07056-67.LIBROS: 01.Tratado Lógico Filosófico de Wittgenstein: Prólogo

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                                      de Charles Baudelaire)

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07061 (04.08.2022 - 02.Tratado Lógico Filosófico 
                                       de Wittgenstein
                                  Primera Lectura)


      LUDWIG WITTGENSTEIN (1889-1951) escribe su Tratado Lógico Filosófico (1921) sin saber, exactamente, qué es lo que está escribiendo, aunque, no obstante, en el PRÓLOGO del libro establece las conclusiones de partida que, intencionadamente, trata de hacer comprensibles. 

      La primera idea es que semejante libro solo puede ser comprendido por AQUEL que tenga los mismos pensamientos, o parecidos, que tiene Wittgenstein; en este sentido dice Cómodo Centón que sí usted y yo tenemos los mismos pensamientos, usted y yo nos entendemos, lo que refuerza la idea de cómo alguien de izquierdas y alguien de derechas, que tienen pensamientos diferentes, sin duda, no se entienden. La idea es, sí usted y yo nos entendemos, para qué vamos a hablar, ya que en ese hablar nos vamos a dar la razón, de modo que la discusión no existe pues no se da de qué vamos a hablar. 

        La segunda idea es que el lenguaje es interpretativo, máxime si Wittgenstein habla en un idioma y usted habla en otro idioma; en este sentido dice Cómodo Centón que las palabras entre dos idiomas no son sinónimos, de manera que traducir de una lengua a otra es un modo interpretativo de entender el significado de una palabra en uno y otro idioma. 

       La tercera idea es que lo que se puede decir, se ha decir con claridad, en tanto lo que no se puede decir, es mejor no decirlo; en este sentido dice Cómodo Centón que la claridad pende de la precisión como un acto de precisión, siendo posible que el brillo de la idea sea la oscuridad de la misma, máxime si el lector no tiene los mismos pensamientos que Wittgenstein (ver primera idea)    

        La cuarta idea determina que el pensamiento tiene un límite en cuanto a la capacidad de expresión del mismo, ya que para superar tal límite sería necesario pensar lo que hay antes del límite y lo que hay tras el límite, es decir, poder pensar lo que se puede pensar y poder pensar lo que no se puede pensar; en este sentido dice Cómodo Centón que en el Punto de Inicio hay más allá y más acá. Así, MÁS ALLÁ o Tiempo lo entendemos “sin límite”, no se puede “definir”, es “indefinido”, es “in/extenso”, no es materia; no se aprecia por la Persona, en tanto el MÁS ACÁ o Espacio/Tiempo lo entendemos “con límite”, se puede “definir”, es “indeterminado”, es “extenso”, es materia; se aprecia por la Persona. Sin embargo, es “infinito”, lo que fija que la diferencia entre Más/Allá y Más/Acá es LO INFINITO, que “no es” en el Tiempo, pero que “es” en el Espacio/Tiempo (ver en la Evolución de Las Ideas el libro 4º, capítulo 6º-I, sobre el Punto de Inicio)

        La quinta idea es que todo cuanto hay más allá del límite es un contrasentido: en este sentido dice Cómodo Centón que lo que está más allá del límite se puede pensar, pero no se puede incorporar como pensamiento, esto es, no existe el contrasentido.

      La sexta idea consiste en que a Wittgenstein le resulta indiferente que lo pensado por él ya haya sido pensado por otro antes que por él; en este sentido dice Cómodo Centón que a Cómodo le resulta, como a Wittgenstein, indiferente lo que otro haya pensado antes que El Centón.

     La sèptima idea es la ausencia de mencionar fuente alguna por parte de Wittgenstein; en este sentido dice Cómodo Centón estar, de pleno, de acuerdo con Wittgenstein, ya que citar a "otro" es como tirar piedras sobre el propio tejado. No obstante, Wittgenstein comete un grave error, tal vez porque no está seguro de sí mismo, citando a Frege y a Russell. 

       La octava idea es que en el Tratado Lógico Filosófico se expresan pensamientos bien expresados, y que los mismos son intocables y definitivos, así como que quedan resueltos, pues dichos pensamientos son verdad; en este sentido dice Cómodo Centón que lo que afirma Wittgenstein es verdad, siempre que no contradiga lo que dice Cómodo Centón. 

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