lunes, 29 de agosto de 2022

07088-75.LIBROS: 09.Tratado Lógico Filosófico de Wittgenstein: 08.Primera Lectura: Matemáticas, Lógica y Filosofía

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07086 (26.08.2022 - 08.Tratado Lógico Filosófico de Wittgenstein
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07092 (29.08.2022 - 10.Tratado Lógico Filosófico de Wittgenstein
                                  01.Segunda Lectura: Introducción)


       La proposición es una idea, la materialización de la idea se efectúa mediante signos, es decir, las MATEMÁTICAS. De inicio sabemos que las matemáticas son un método lógico que trabaja con ecuaciones, esto es, seudo/proposiciones. Toda ecuación expresa la sustituibilidad de dos expresiones a ambas partes del signo, que tras una ecuación se progresa hacia otras ecuaciones, de manera que las expresiones quedan sustituidas por unas otras, siendo así como el punto de vista que observa a la ecuación es la igualdad del significado, esto es, las dos expresiones de una ecuación no precisan del signo para que se entiendan como iguales, aunque puede aplicarse cierta arbitrariedad, y en este caso cabe darse un acontecer como algo diferente. Por otra parte, una función que es como una línea que divide los puntos de un plano a la derecha y a la izquierda, no puede ser su propio argumento, porque el sigo de función contiene ya el prototipo de su argumento y no puede contenerse a sí mismo, de manera que saber y no/saber es nada. Se dice aquí que el sentido de algo es el sentido de su verdad, de modo un fundamento de verdad es aquellas posibilidades de verdad de sus argumentos de verdad que confirman la verdad de la proposición. Sin embargo, no es lo mismo una función que una operación. Toda proposición es el resultado de una operación en consonancia con otra proposición, para obtener una nueva proposición. Las operaciones son diversas; suma, multiplicación y negación entre otras. De tal forma, es una variable la que permite pasar de una proposición a otra, estableciendo diferencia de formas conforme el resultado, siendo la negación lo que invierte el sentido de la proposición. Además, las operaciones, entre sí, pueden anularse. Todo lo dicho requiere de un grado de probabilidad, siendo así como son las circunstancias de un determinado evento lo que determina dicho grado de ser probable, aunque la concurrencia de dos eventos es independiente de las circunstancias que actúan más allá de la observación, lo que implica que, por carecer de certeza, hacemos uso de la probabilidad. Dicho de otro modo, la probabilidad es una generalización. 

Al ser un tratado lógico filosófico, es preciso tratar de acercarse a dichos dos conceptos. 

LA LÓGICA es transcendental, es extensible más allá de sí misma, una imagen reflejada del mundo, y, en todo caso, no es una doctrina, pues trata de toda posibilidad y todas las posibilidades son sus hechos; algo puede suceder en un estado de cosas, de modo que la cosa ha de prever dicho estado de cosas, es decir, en lógica nada es contingente. Ahora bien, si algo es, la experiencia no es. Por otra parte, no hay, en lógica, una unión de dos o más elementos, concluyéndose, de tal modo que las constantes lógicas no subrogan nada, de manera que la lógica no se deja sustituir por los hechos. La lógica, a su vez, opera en un espacio lógico mediante signos y coordenadas, estableciendo la posibilidad de la existencia. Importa el límite del lenguaje como fijador del límite del mundo, de modo que el lenguaje no puede contradecir la lógica, lo que conlleva a la realidad de como toda proposición es una imagen de lo real que determina un lugar en el espacio lógico. En cuanto a los números en la lógica decir que, en lógica, no hay ningún número, ya que actúa como exponente de una operación.

Por su parte, la FILOSOFÍA ha de ejercerse como una aclaración lógica de los pensamientos, resolviendo las ataduras devenidas del pensamiento, delimitando lo pensable y lo impensable, extrayéndolo de la oscuridad y de lo confuso, pues la filosofía no presenta una imagen de la realidad ni es una doctrina, sino una actividad que se compone de elucidaciones, donde solo se dice aquello que se puede decir, esto es, de lo que no se puede hablar es mejor guardar silencio.  

Concluye Wittgenstein que sus proposiciones elucidan si son comprendidas como contrasentidos, de manera que dichas proposiciones han de superadas para poder ver el mundo correctamente.

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