DOCUMENTO ANTERIOR
07063 (05.08.22 - Agua garantizada
hasta finales del año 2023)
DOCUMENTO POSTERIOR
-I-
La VALL D'EBO o Valle de Ebo se sitúa, a unos 40 metros y con 33 kilómetros cuadrados, al norte de la provincia de Alicante; en el extremo oriental se sitúa el pueblo, del que parte una carretera que divide el término municipal en dos, al norte encontramos una llanura que termina en las lomas que dan acceso al Valle de la Gallinera, en tanto al sur es la Sierra de Cireret la que domina en un intrincado transcurrir de ajustadas curvas de nivel. El río Ebo cruza el valle de poniente a levante y en su caminar nos presenta el Barranco del Infierno con la Fuente de Xili en su entrada. Desde la carretera Pego/Ebo podemos caminar hacia las tres simas o bien acercarnos al pozo de la Sierra de la Manzaneda. En Ebo hay un museo etnológico, la iglesia de la Virgen de los Desamparados y un camping municipal con piscina, desde donde podemos llegar a la Fuente de la Serra, a un viejo molino y a unas balsas de agua natural. Existe, además un abrigo con pinturas rupestres y, sobre todo, destaca la Cueva del Rull.
En este valle gobernó Al-Azraq, allá por el siglo XIII, hasta que comenzó el gobierno de Jaime I de Aragón. Posteriormente, en 1603, se sublevaron los pobladores en la fe de Alá, siendo repoblada con mallorquines, para posteriormente, a partir de tres núcleos, formarse el pueblo de Ebo en 1814.
-II-
Estamos en un valle tranquilo que se une al Valle de Alcalá por la parte occidental, formando, al sur del río Ebo, una zona frondosa y de difícil acceso. Hace unos días un rayo, producto de la amada Madre Naturaleza, decidió convertir el verdor en negrura, transformando una tierra hermosa en un espacio feo y raquítico, sin vida.
El citado RAYO se lo ha pasado bomba o de miedo quemando unos doce kilómetros cuadrados, afectando a Famorca, Facheca, Tollos, Beniaia, Benimassot, construcciones de la zona de la Garrotxa, Benirrama y Beniali (Vall de Gallinera), además de diez construcciones en Castell de Castells, habiendo sido desalojadas unas 1.500 personas, es decir, toda una FIESTA NATURAL en la que la Madre Naturaleza ha disfrutado como una enana, en tanto sus hijos, animales, plantas y personas eran sacrificados para deleite natural.
Para compensar la FIESTA, ha llegado la LLUVÍA, en parte granizo, al Valle de Ebo, pero lo ha hecho, a buena hora mangas verdes, siguiendo a los cuadrilleros de la Santa Hermandad, los cuales llegaban cuando los delincuentes se habían ido, es decir, cuando ya está todo quemado.
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