domingo, 5 de noviembre de 2023

07827-134 LIBROS: 17.Contribución a Así habló Zaratustra de Nietzsche: 06.Los tres conceptos fundamentales: 02.El Superhombre

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07817 (01.11.2023 - 16.Contribución a Así habló Zaratustra 
                                       de Nietzsche
                                  05.Los tres conceptos fundamentales
                                  01.El Superhombre)

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07853 (16.11.2023 - 18.Contribución a Así habló Zaratustra 
                                      de Nietzsche
                                  07.Los tres conceptos fundamentales
                                  03.El Superhombre)


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      Hemos mencionado qué es el Hombre; Nietzsche nos dice que es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, conforme a lo cual queda el Hombre situado entre el mundo animal y el mundo superior, y en ese estar fijado entre ambos mundos, Dios es el referente y el Hombre es el referido. 

      En ese mundo intermedio existe un plano celestial o Dios y un plano terrestre o El Poder, y aquí, nos dice Cómodo Centón, encontramos al hombre esclavizado por el hombre y suspendido sobre un abismo. 

      Ese abismo es una realidad pensada, afirma Zaratustra.

     Y sobre esa cuerda habita El Hombre que ha abandonado la plaza pública y que ya no mira hacia ella, sino hacia adelante; se trata pues de recorrer la cuerda sin caer al fondo de la esclavitud, y ha de hacerse sin pararse y sin temblar, transitando al más allá y logrando, alcanzado el objetivo, dejar de ser Hombre para ser Superhombre mediante la superación del hombre por el hombre. 

      En este punto, Dios deja de ser el referente y muta como referido del Superhombre, que modo que el referente es el superhombre que abandona al hombre como referido.

     En ese fin encontramos al Superhombre o a aquel que quebranta el índice de valores y se convierte en un creador de nuevos valores, renunciando a ser hombre y a ser propiedad de Dios. Así, el superhombre se tiene por propiedad a sí mismo. Además, en tal camino ha de ser abandonada el alma y en ese sueño de quedar sin alma se logra ver que existe un solo destino, que no es otro que el Superhombre o el Hombre en sí mismo como propiedad del superhombre o aquel que se da la libertad a sí mismo en cuanto que es propietario de la libertad.

      Abunda en esto José Déjacque; todo lo que no es la libertad está contra la libertad, expresa la Idea de la Persona. Ciertamente la idea de que la libertad no se puede conceder por “uno” a “otro” toma cuerpo, aunque reducido, en un mundo amplio. Se niega que el “poder” pueda dar la libertad mediante decreto, y se niega que tal potestad lo sea de hombre alguno o de cualquier órgano. La LIBERTAD no es un regalo. Y se afianza la idea de que lo que está dentro del hombre no puede ser ni entregado ni recibido. 

     Más, nos dice Cómodo Centón que la libertad es una realidad que nunca llegará, aunque queda el recurso que tal ausencia de la libertad lo es una sociedad humana formada por hombres. Pero, si acudimos a Stirner, la libertad si se da en una asociación de hombres libres formada por superhombres. 

       Es en este punto que decimos que el poder de LO/ETERNO toca a su fin, no ha sabido reunir amor y poder, y es tal enemistad entre poder y amor lo que fundamenta la muerte de Lo/Eterno, de modo que lo que resulta es la libertad de la Persona tras la destrucción de las manifestaciones públicas de creencias. Dicho de otro modo, la Persona lo es cuando Lo/Eterno muere, cuando aprende que es imposible escapar del “tiempo”, cuando acepta que no existe el más allá. Se dice entonces que la Persona inventa a Lo/Eterno, pero que cuando se da cuenta del invento, comprende que ese Lo/Eterno fuera de él está muerto, de modo que Lo/Eterno, muerto, está dentro de la Persona, vivo. 

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