sábado, 18 de noviembre de 2023

07861-137.LIBROS: 20.Contribución a Así habló Zaratustra de Nietzsche: 02.Otros conceptos de Hombre

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07855 (16.11.2023 - 19.Contribución a Así habló Zaratustra 
                                       de Nietzsche
                                  01.Otros conceptos de Hombre)

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07864 (19.11.2023 - 21.Contribución a Así habló Zaratustra 
                                       de Nietzsche
                                  03.Otros conceptos de Hombre)


2: De los débiles

       ¿Quiénes son los débiles?, o, dicho de otro modo, ¿quiénes son los que, siendo incapaces de crear, se protegen con los derechos humanos frente a los fuertes?

       Zaratustra no duda en llamarles CHUSMA; “me desagrada las bocazas gesticulantes y la sed de los impuros” dice. Son quienes han envenenado el agua santa y el lenguaje, aquellos que pudren el árbol frutal, y quienes trafican y regatean el poder con la chusma, concediéndoles los dones ficticios de ese sinsentido llamado democracia, esto es, la chusma del poder y de la pluma. Aunque, ciertamente, los hay que se han apartado de la chusma, han huido al desierto, negando a la chusma el agua, el fuego y el fruto, y buscando taparle la boca, más esto no es suficiente, huir de la chusma no quiere decir separarse de la chusma. Zaratustra da un paso más, se eleva y alcanza una altura, quiere beber donde se bebe sin la chusma, forjar una patria donde queden excluidos los impuros. 

       Nietzsche no contempla la existencia de la igualdad entre los humanos ya que, de hecho, unos permanecen eternamente en la plaza pública como gusanos y otros acuden a Zaratustra a conocer sus enseñanzas, y ambos, a su vez, se distinguen de aquel hombre que cruza el abismo y toma el ser del superhombre. La igualdad solo se da entre superhombres. 

        En paralelo nada es igual a sí mismo, ya que nada permanece igual ni tan siquiera en el momento de la afirmación, de forma que la igualdad solo existe en el espacio lógico de una deformación de la realidad a la que llamamos “moral” de contenido decadente como son los derechos humanos.

      Moral y Ética son la enfermedad pura; son las dos caras de una moneda, puestas en sentidos inversos de una misma dirección única. 

     La Moral se asienta en la persona, la Ética en el grupo, pero ambas responden al mismo doble concepto como son felicidad personal y felicidad grupal, de modo que ambos conceptos son lo mismo, pero diferenciados en el hecho que la moral personal no ha de maltratar a otra persona, y la ética grupal no ha de maltratar a otro grupo. Se podría condensar en felicidad y respeto. Abunda Cómodo Centón que para que “yo” pueda ser feliz ensuciando, es preciso que “tu” seas infeliz limpiando, es decir, que mi derecho a ensuciar sea tú obligación de limpiar. 

       La MORAL tiene su origen en el resentimiento, Zaratustra, y es la relación entre lucha y fuerza, de tal modo que lo que impera en la “moral” es la valoración de aquello que está más allá de uno mismo. 

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