jueves, 9 de noviembre de 2023

07842-160.IMPOSIBLES: El Tercero y La Muerte: 03.Del libro "El Héroe" de Cómodo Centón

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07837 (08.11.2023 - ¿Quién contamina más, los árboles o las personas?
                                  02.Del libro "El Héroe" de Cómodo Centón)

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07867 (19.11.2023 - Criado
                                 03.Del libro "El Héroe" de Cómodo Centón)


       "¿Espera a la muerte, la muerte?; ¡que necia eres Muerte!, si tu destino es estar muerta, ¿para qué vives?, aunque tal vez no vives, acaso jamás has vivido, pero, sin embargo, Muerte estás muerta y haces de la muerte de otros tu vida, y si es así es porque, sin duda, vives muerta", y se detuvo en su pensar y en sus preguntas, y entendió que era su pensar un vacuo pensar sin destino lleno de sinsentidos, una infinita pérdida de tiempo, una voluntad que carecía de interés. Y, como de pronto, cuenta se dio, todo esfuerzo en la vida conduce a la muerte porque es parte de la muerte que se come a la vida, “formo parte de la Muerte” se dijo, “como todo héroe yo soy hijo de la Muerte, y yo, madre, te maldigo, de ahí que mi existencia sea la muerte como un artificio que no se justifica ni por sí misma, ya que sus argumentos entre el nacer y el morir no existen ni hay justificaciones son su eterna existencia.

      Y allí pasó la noche envuelto en sí mismo, esperando que algo sucediese, soñando estar vivo, estando muerto. Y el tiempo no pasaba porque decidió quedarse a dormir a su lado en aquel espacio de montes y valles. “¿Qué habrá sido de ti, Cazadora?”, se preguntó sin importarle la respuesta. 

- ¡Eh, tú!
- Si
- Despierta
- ¿Quién eres?
- La Muerte
- ¿La Muerte?; la muerte no existe
- Pues aquí estoy; ¿no será que quien no existe eres tú?
- Eso es cierto; la diferencia entre tú y yo es que tú, no existiendo, afirmas existir, luego mientes, en tanto que yo, que no existo, afirmo no existir. Tú, mientes. Yo, no miento. ¿A qué has venido no existiendo?
- A tratar contigo
- No me digas; ¿vienes a ofrecerme el oro y el moro?; te notifico que no tengo alma, luego no te puedo dar alma alguna, yo no soy Fausto, así que si algo quieres darme tendrá que ser a cambio de nada, aunque nada tampoco tengo.
- ¿Qué haces?
- Intentar dormir; ¡déjame dormir tranquilo!
- Los muertos no duermen 
- No tengo ni idea -aseguró El Tercero- Por cierto, tú, que eres la Muerte, dime, ¿tú duermes?, ¿duerme la muerte? 
- He venido para llevarte conmigo -dijo La Muerte-
- ¡Ja! -y se durmió El Tercero- 

       “Solo un héroe es capaz de vencer a la muerte” le dijo El Abuelo

       Al clarear, el tiempo se había ido; tal vez, también, La Muerte. 

    “Voy a dejar los caminos”, y rodó cuesta abajo entre pinos, acompañado de los lamentos que producían sus pies en el suelo, como lo hacían aquellos hombres antes de que se inventasen los caminos.

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