viernes, 28 de enero de 2011

00438-15.CINE: 01.El discurso del rey

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Una película de Tom Hooper, Reino Unido, del año 2010, con dos horas de duración y género entre drama y algo jocoso. Cuenta los problemas del rey Jorge VI de Inglaterra con su tartamudez, y el proceso de recuperación de la voz ayudado por la reina y por el terapeuta, sin titulo de tal trabajo, Lionel.

Tal vez lo mejor los actores, Colin Firth (el rey), Helena Bonham(la reina) y Geoffrey Rush (el terapeuta). HELENA BONHAM es el enlace perfecto que rompe la monotonía plástica de las conversaciones entre los otros dos actores principales, presentando un buen hacer y cierta chispa de optimismo, y aunque no se advierte durante el visionado podemos decir que la Reina es el eje central de la narración, ya que es a través de ella que todo el proceso de superación se pone en marcha y alcanza su objetivo. Está no estando; véase las diferentes secuencias en la consulta, donde mientras los dos hombres se dedican a la curación, la Reina permanece a la espera, bien en una sala deshabitada, merendando o incorporada a la sesión de trabajo, siendo su presencia constante en los ambientes palaciegos. GEOFFREY RUSH es el inglés de toda la vida, australiano en su papel de Lionel, conservador, monárquico y leal a su rey, cultivado en Sespir (para los ilustrados: Shakespeare), del que tiene memorizados largos fragmentos, y al que siguen dos encantadores y maravillosos hijos. El trabajo de Rush es impecable desde el punto de vista de la estructura inglesa, mostrando variedad corporal en la interpretación y, en ocasiones, determinadas fases desenfadas en su expresión facial, estando el personaje que representa bien trabajado, lo cual no es difícil por su extrema sencillez histórica. Destaca, sin ninguna duda, la interpretación de COLIN FIRTH el rey. La articulación vocal es muy meritoria, la transición de los momentos de tartamudez a los de habla normal, y viceversa, son buenos, y la estética del rostro, dentro de los cambios, notable, aunque el personaje es normal, es decir, inglés y previsible; el conjunto de la actuación es, sin duda, lo mejor de la película.

La DIRECCIÓN es ajustada, con un empleo exagerado de los tonos pasteles en la NARRATIVA, dentro de una historia insignificantemente interesante, donde se destaca lo dura que es la vida de la "nobleza" frente al "hombre corriente". La FOTOGRAFÍA media entre los dorados de un imperio que ya es decadente y el gris enfermizo de la ciudad de Londres (para los ilustrados: London). La CÁMARA tiene momentos brillantes cuando entabla relaciones con el "micrófono", donde los distintos planos del mismo lo realzan como el cuarto "interprete o personaje", fija primeros planos bien fotografiados dentro de una estética general artística muy bien cuidada, integrada por una MÚSICA donde Mozart y Beethoven se erigen como sujetos activos de diferentes secuencias; cabe destacar la música creciendo al tiempo que crece el rey en su discurso, sobre primer plano fijo donde el resultado quiere ser como una impresión de la realidad que se vive. La cadencia del MONTAJE establece relaciones de contenido entre el palacio del rey y la vivienda del terapeuta, así como espacios diferentes entre la ciudad de Londres y los eventos nazis, recorre ritmos entre lentos y rápidos, secuencias propias ceremoniales y de la vida ordinaria, y el proceso de aprendizaje, decayendo en los leves instantes íntimos; es significativo de esto la secuencia del rey contando un cuento a sus hijas ante la presencia de la reina.

La película ni es recomendable ni deja de serlo, es para ver o no ver.

1 comentario:

  1. La crítica me ha gustado mucho ,refleja muy bien la película,pero he de decir que yo ,que la vi con él,os la recomiendo porque es una delicia y se pasa un rato muy bueno.

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