lunes, 5 de marzo de 2012

00947-09.NECROLOGÍA: 05.Conferencia del Señor de Las Hoyas

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          El individuo ha gobernado ya demasiado tiempo; hora es ya de que sea la Sociedad quien empuñe las riendas del poder. La LIBERTAD necesita, para ser fecunda, ser completada con la cooperación, que no otra cosa que Cooperación es, en definitiva, el triunfo del espíritu de abnegación, el desenvolvimiento del mutuo amor entre las diferentes clases sociales. La nueva democracia tendrá su signo representativo, no en el sufragio universal, sino en el servicio obligatorio, porque lo engendrará no será la igualdad en el derecho, sino la igualdad en los deberes y en el sacrificio. Crear un régimen social en que lo económico aparezca sujeto, subordinado, a las altas finalidades culturales, esto es, socialismo humanista. Los socialistas quieren la exaltación del Estado, la subordinación de la vida libre a una institución que habrá de regular las relaciones entre los hombres y que forzosamente tendrá que oponerse a toda idea que signifique elevación a la categoría  de entidad colectiva e influyente de cualquier grupo que no acepte su tutela absoluta, y si esto parece exagerado, que no acepte su tutela, cuando menos, en lo que tenga relación con las bases económicas de la sociedad. Es decir, la sustitución de la burguesía por la burocracia. Los comunistas libertarios queremos la desaparición del Estado para que las normas de convivencia surjan de las propias necesidades, y para que las iniciativas  individuales puedan tener libre expresión en todo momento. El anarquismo es una cosa y otra el sindicalismo. La confusión será siempre un perjuicio para el sindicato y una desventaja para el anarquismo. No debemos olvidar que el sindicato es, como consecuencia económica de la organización capitalista, un fenómeno social hijo de las necesidades de ésta época. Conservar su estructura después de la revolución implicaría tanto como conservar la causa que lo determinó, el capitalismo. Esta supuesta doctrina del sindicalismo revolucionario es una ficción. Los anarquistas aceptamos los sindicatos como medio de lucha y procuramos que se acerquen en lo posible a nuestras concepciones revolucionarias. Pero de ahí a subordinar nuestras ideas a ese móvil económico, media un enorme trecho, un abismo profundo que no debemos intentar salvar so pena de que nos neguemos como hombres de ideas superiores de de miras que no se limitan a contemplar el doloroso panorama que nos ofrece la lucha de clases. Es decir, nosotros no queremos ser dominados mentalmente por el sindicato, queremos dominar el Sindicato. Con otras palabras, hacer servir el sindicato a la propaganda, la defensa y la afirmación de nuestras ideas en el seno del proletariado. Hay que buscar la unidad anarquista. Entiendo que la verdadera libertad política ha de ser cada día más tirana para el individuo y más protectora para la colectividad. Instrucción, voto y vacuna, obligatorios. Cargos públicos de carácter ciudadano no renunciables. Saludo a la bandera de la patria. Rendir respecto a la fe y a las creencias colectivas, absteniéndose de irreverencias y blasfemias. La democracia es contacto y cordialidad con el pueblo, y atención a sus necesidades. Sin prescindir de respetar y auxiliar en lo posible  el ejercicio de las funciones de patronato que competen a las aristocracias tradicionales de sangre y de la propiedad, será preciso dar mediante la organización gremial y la multiplicación  de los organismos técnicos una máxima y despejada intervención política a los nuevos elementos selectos de la profesión y de la técnica.El Rey asistido de un consejo para que pueda desarrollar las prerrogativas inherentes a la realeza. El poder ejecutivo, vigoroso y libre de la fiscalización menuda de las Cortes. Las Cortes, esencialmente legisladoras, con representación orgánica y cámara única. La agilidad de las mujeres que se disputaban el premio de carrera a pie, llevando cántaros de agua sobre la cabeza.  

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