miércoles, 18 de abril de 2012

00993-21.LIBROS: 01.Cómodo Centón: 02.Botsuana en 1992

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                         II : BOTSUANA

     El sur de tu osamenta, África, es una sala de espera, de pueblos negros llena, un incierto conglomerado de hombres cansados por ese frío-calor que se alarga durante todo el año, un tapiz de hombres dispersos en una inmensa superficie de selvas y desiertos, una zona interior elevada al norte de la Hotenticia, una estepa salina de arbustos enanos, plantas espinosas, zonas arenosas, pantanos, lagunas y valles fluviales de puro yermo cuarteado entre las fuentes del Orange y los Namaquas.

     Allí BOTSUANA se levanta centrado entre África del Sur, Zimbawe, Angola y Zambia, Namibia, el cielo y la tierra, teniendo su "alma" en lo profundo de su corazón, donde un hombre de bien es de corazón blanco y un hombre de mal es de corazón negro; no caben, pues, los intermedios. Al principio Botsuana era un inhabitado terreno del hombre, un lugar inhóspito dedicado a su propia contemplación, un encuentro de culturas y civilizaciones de animales orgullosos de serlo, emparentados los unos con los otros por la gran despensa, violenta y despiadada, que los unía a un territorio y a unos objetivos de supervivencia, en ocasiones extremos. Arenas y aguas, vegetales y animales concurrían a una gran asamblea donde todo se entendía sin tiempo, sin diálogo ni pucheros, donde la vida y la muerte eran el mismo "dios" eterno, donde una cara vencida era alimento



     En un espacio marcado por tres zonas geográficas esenciales. Al sur y en el centro el gran Kalahari, un enorme y figurado desierto de hamada, capaz de verdear al caer de las lluvias, ardiente al sol y al frío a la luna, de sopladores vientos..., su incorporación y férreo asentamiento en el centro del África austral lo hace inaccesible a los mares que rodean toda la punta sur del continente africano, y por dicha situación en altiplanicie elevada y vientos, la sequedad de sus lluvias hace del mismo una tierra casi incapaz de ser habitada por culturas y civilizaciones humanas, volviéndose aún más duro, si cabe, entre el lago salado, seco, de Makarikari  Al este el Limpopo riega una huerta donde el hombre tiene su casa, hallándose dispuesto al noreste la exuberante tierra-agua del Okavango, casa de animales.

DESDE EL AIRE

     Porque un pueblo al sur de Botsuana empujo a los pueblos más débiles de este área hacía el norte, haciéndoles confluir al Kalahari por el sur de dicho desierto. Un imperio al norte de Botsuana empujó a los pueblos más débiles de este área hacia el sur, haciéndoles confluir al Kalahari por el norte de dicho desierto. Un imperio al oeste de Botsuana empujó a los pueblos más débiles de este área hacía el este, haciéndoles confluir al Kalahari por el oeste de dicho desierto. Un imperio al este de Botsuana empujó a los pueblos más débiles de este área hacía el oeste, haciéndoles confluir al Kalahari por el oeste de dicho desierto. Así fue como en Botsuana se reunieron unos pueblos, tal vez, entre los más pacíficos que jamás la historia haya conocido. Reunidos pues en un área más o menos definida por el Kalahari, y cubriendo una superficie de alrededor de un millón de kilómetros cuadrados, los pueblos Khoisanidas, Bosquimanos y Hotentotes, meloanoafricanos con mezcla khoisanida y habla bantú, suanas, y otro menor grupo social, pero llamativo por su aspecto, los Herero, expulsados de Damara, se reparten básicamente junto a una ínfima minoría de raza blanca, la antigua tierra de Bechuanilandia y que conocemos como Botsuana o tierra de suanas 

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