domingo, 22 de abril de 2012

00997-42.EUROPA: 02.Suiza: Oswald Sigg

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01013
02144 (17.01.2015)
02174 (10.02.2015)
03349 (28.12.2016 - 333.EUROPA: 03.Finlandia: Renta Básica Universal)


                        -I-

     SUIZA es la ramera del dinero; una vez se abre de piernas, hay que teclear el número de usuario sobre los "labios mayores", de seguido se ha de confirmar, con una contraseña, sobre los "labios menores", de modo que queda al descubierto el "clítoris" sobre el cual se ejerce una presión táctil perpendicular o en paralelo al eje, según petición de la casa, o bien en circular, que permite la penetración en la "ramería" del "tubo" que contiene la sustancia crematística de densidad lechosa. Una vez realizado el recuento de las unidades depositadas, el "tubo" se retira, produciendo el natural cierra del burdel.

                        -II-

     El suizo OSWALD SIGG considera que el TRABAJO es, en sentido estricto, malo, ya que impide al hombre hacer aquello que le gusta, pues una parte importante del tiempo empleado en el "trabajo" se retrae del tiempo que debería emplearse en el "ocio". PROPONE el sr. Sigg una interesante solución consistente en liberar al hombre del trabajo por medio de la enajenación del esfuerzo, de modo que bastaría con repartir a cada suizo una estimada cantidad de 2.000,00 euros/mes, logrando de tal modo liberar al hombre de la obligación de trabajar para ganarse la vida. La cantidad, manifiesta Sigg, permitiría vivir dignamente a todo "suizo" sin trabajar, lo que potenciaría, al tener cubierta la comida, la oportunidad de que todo hombre pudiera dedicarse a lo que quisiera hacer. 

     El argumentario del párrafo anterior gana en valor si se entiende que con esto no quiere decir el sr. Sigg que la gente viniese a trabajar menos, sino que lo haría de otra manera, más acorde con sus intereses personales y sociales, de modo que aquellos que quisieran ganar más dinero, trabajarían más y mejor, pues lo harían de forma voluntaria, sin presiones, sin sufrir de los desbordamientos propios que produce el trabajo, evitándose así, por añadidura, la aparición de enfermedades estresantes y de la tensión misma.

     Sigg lo tiene todo previsto, calculado, meditado. La FINANCIACIÓN de tan magna idea se haría vía impuestos; el IVA se acrecentaría en un 50%, la renta crecería en otro 50%, y lo más interesante, las grandes rentas y fortunas correrían con el grueso de la liberación del hombre común. 

                         -III-

     Ciertamente siempre ha sido la ilusión de todo MILLONARIO aportar dinero para aliviar la penosa vida del trabajador, y estamos seguros que los millonarios recogerán esta idea del sr. Sigg con alborozo sin par y grande alegría sin fin, pues con ello, además de acabar con la clase trabajadora, ellos mismos alcanzaran el reino de los cielos. 

      Quedan, no obstante lo anterior, ciertos inconvenientes..., pues SUIZA dejaría de fabricar quesos y chocolates, ya que nadie se pondría detrás de un mostrador varias horas al día para vender éstas escasas viandas de la "pobre cocina suiza", nadie limpiaría el urinario de la sala de conciertos de la filarmónica, ni se pasaría muchas horas en el mostrador de la frontera sellando pasaportes..., aunque ¿quién sabe?, CALVINO es Calvino.

     Por otra parte no tendría sentido que después de robar en ESPAÑA o en cualquier otro país del mundo, viene el LADRÓN a introducir su dinero en la RAMERA para que la misma se lo fuera a repartir a los suizos, tan necesitados como están de liberarse del ignominioso trabajo que les impide realizarse.

                         -IV-

     Desde aquí queremos aplaudir la idea de SIGG no por su brillantez, sino por su ESTUPIDEZ.

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