lunes, 23 de abril de 2012

00998-23.LIBROS: 01.Cómodo Centón: 04.Botsuana en 1992

Documento anterior  00995
Documento posterior  01002

                         IV: LA RIQUEZA

     La escasez de recursos naturales nunca ha ofrecido atractivo alguno al hombre blanco. Es fácil presuponer que la tierra de los suanas, si bien querida como cualquier tierra puede ser deseada, nunca ha sido producto de guerras, ni coloniales ni civiles. Así pues, la natural falta de codicia del hombre blanco sobre estas tierras y el natural ánimo del suana a evadirse del protagonismo histórico, la situación de protectorado británico y la falta real del interés de CECIL RHODES sobre la inhóspita Botsuana, hacen que, por evidentes razones, ni los negros ni los blancos hayan hecho brotar su sangre por las arenas de aquellas tierras.

     Botsuana, África encendida, es una interminable capa de arena, de tal modo que la Naturaleza en Botsuana no llena el cuenco de la codicia blanca, ni protege al negro más que pueda cuidara un león, de ahí que si es temor para el negro sea admiración para el blanco, y para ambos un lugar donde vivir pasando el tiempo. Así, el hombre batsuana negro hallase en Botsuana porque sus antepasados sufrieron éxodos y persecuciones en el pasado, bien de imperios negros o de fuerzas coloniales blancas, hallándose en Botsuana el hombre blanco que el pasado fue miserable y ladrón, gente sin recursos y aventureros sin escrúpulos, y hoy sus descendientes, y jóvenes blancos, de ambos sexos, de múltiples y variadas nacionalidades, de estudios y cultura, que acceden a Botsuana para el ejercicio de unas profesiones que vienen contratadas, por unos periodos de tiempo. Para amos, para el negro y para el blanco, para el hombre al fin, Botsuana es una naturaleza rica para si misma y ajena a la riqueza del hombre.

     La riqueza de Botsuana recibe múltiple cantidad de nombres: el impala, el elefante, la jirafa, el león, el guepardo, el buitre, el leopardo, el cocodrilo, el águila, el kudu, la bestia salvaje, el eland, el búfalo, la cebra, la hiena, el perro salvaje, el puercoespín, el jabalí...; por cientos, algunos, muchos, por miles, y por encima de todo Botsuana tiene la "pula" su primera y más sabia riqueza... el saludo, el agua, el brindis, la bendición. La "pula" es la natural aportación del hombre a la naturaleza de Botsuana, la única razonable y llena de sentido.

                         V: LA TIERRA

      Los colectivos humanos en Botsuana han fijado sus posiciones en las arenas de la antigua tierra de los bechuanas, en una Zona Urbana, el Kalahari, el Makarikari y el Okavando. En la Zona Urbana se concentra un elevado porcentaje de la población. Se sitúa al este del país, en la frontera con Sudáfrica, zona drenada por el Limpopo, único del país con un cierto pero bajo nivel de fertilidad de sus tierras, y formada por una franja alargada que tiene por eje vital la carretera de Gabarone a Francistown, sobre una distancia de quinientos kilómetros, en la orientación norte-sur, y con una anchura variables de los cien kilómetros. En esta área se agrupa la mayor parte de la comunidad de batsuanas, en sus distintas etnias como ngnato, kalakas, maletes, tuanas, tlokua, etc. y que se extienden dentro de la República de Sudáfrica por gran parte del Transvall. En un área aproximada que representa la mitad de la Península Ibérica, el desierto del Kalahari es una meseta elevada a mil metros sobre el mar, de paisaje monótono y profundamente visceral para el viajero que lo contempla por primera vez. En el Kalahari habitan , son señores absolutos, los bosquimanos, y junto a ellos y mezclados con ellos los kgalagadi y los sarua. Al norte del Kalahari el Lago Salado de Makarikari recibe las aguas del Boteti, curso fluvial que recoge del Boro las aguas del Delta que forma el Okavango a su entrada en Botsuana, esparciéndose por toda la vasija o caldero que constituye el Makarikari.

No hay comentarios:

Publicar un comentario