sábado, 13 de abril de 2013

01395-66.TODAS LAS LEYES MIENTEN: 10.Reforma de las Pensiones: 01.La fórmula de la Vida Dolorosa

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              I: ¿POR QUÉ LAS PENSIONES HAN FUNCIONADO HASTA AHORA?

      En el AÑO 1919, y ESPAÑA, la edad de jubilación se estable en 65 años, con una esperanza de vida de 41 años, de modo que se fijaba una relación de 24 años a favor del sistema. 

     En el AÑO 2013 la jubilación se ha establecido en 67 años, con una esperanza de vida de 80 años, lo que produce una relación de 13 años en contra del sistema.

     Si en el AÑO 2013 se mantuviese la relación del AÑO 1919, 24 años, la edad de jubilación en el AÑO 2013 debería de ser 104 años.


      II: ¿POR QUÉ LAS PENSIONES YA NO FUNCIONAN COMO HASTA AHORA?

    En el AÑO 1919 no se cobraban pensiones, de modo que los españoles no entendían el concepto de "pensión", de manera que se contribuía a "algo" que no existía ni se encontraba en la conciencia de los españoles. En el AÑO 1960 se precisaba de "dos años" de cotización para cobrar una pensión, lo que era posible porque el sistema respondía a una esperanza de vida de 69,5 años con una vida laboral de 55 años que se iniciaba a los 14 años de vida. En el AÑO 2013 se imponen 37 años de vida laboral con una esperanza de vida de 80 años, lo que deja 43 años sin cotización. 

    Dicho de otra manera... se ha pasado de un sistema, AÑO 1919, en el que apenas ningún español cobraba "la pensión", a un sistema, AÑO 2013, donde ocho millones de españoles cobran pensión sobre una población activa de 19.000.000 millones, esto una relación del 50%, de manera que si en el AÑO 1919 la totalidad de la población activa contribuía para prácticamente ninguna pensión, en el AÑO 2013 dos trabajadores contribuyen para que un jubilado cobre su pensión. 

    Hasta ahora las diferencias en la CUANTÍA de las pensiones máxima-mínima se ha ido reduciendo, de manera que a una mayor contribución ha ido deviniendo una menor retribución, y viceversa, lo que implica que, en un determinado momento, la PENSIÓN ÚNICA se impondrá, de manera que será indiferente haber trabajo más o menos, haber ganado más o menos, lo que desincentivará el trabajo, ya que al cabo de la terminación de la VIDA LABORAL todos cobraran lo mismo. Dicho de otro modo, un hombre sin estudios y que empiece a trabajar a los veinte años cobrará lo mismo que un profesional doctorado en una carrera universitaria y que empiece a trabajar a los treinta años.   


                                      III: LAS INCÓGNITAS DE LA ECUACIÓN

   Dejando de lado que lamentablemente el Hombre ha venido a la Tierra a trabajar, aunque no sepa exactamente para qué, lo cierto es que existen periodos en la vida humana donde el trabajo no es posible, y que tales son la niñez-juventud y la vejez, de manera que ambos extremos han de ser protegidos, y que tales dos extremos no producen pero gastan, a los que se debe sumar el periodo en el que un hombre puede quedar sin trabajo, así como los periodos de enfermedades crónicas que imposibilitan para el trabajo, de modo que la suma de todo ese gasto recae sobre el periodo de trabajo. 

  Si a lo anterior se añade que decrece la natalidad y decrece la mortalidad, los periodos del gasto se extienden mientras disminuye el periodo de trabajo, lo que implica un aumento del tiempo de trabajo y de las aportaciones de éste periodo tanto en beneficio propio como ajeno. 

    Hasta ahora el sistema se sostenía sobre la base de una sola incógnita que se relacionaba con un determinado tiempo de trabajo y aportaciones. Y como, además, existía un saldo positivo en caja, como consecuencia de la relación, ya mencionada, entre los años 1919 y 2013, se producía un gasto extra en forma de ayudas a quienes, por diversas razones, nunca habían contribuido al sistema.  

     Si, además, incluimos la VIDA ALEGRE de la compra-venta de propiedades, de los depósitos al 7%, de las manipulaciones en la bolsa de comercio, de los préstamos baratos, del mal uso de la sanidad y los fármacos, de los viajes vacacionales financiados, y de las ventajas de ser todos universitarios, entre otras consideraciones..., como no tener hijos porque se vive mejor solo, llegamos al punto en el cual un tiempo reducido de cotización ya no es suficiente. 

     La FÓRMULA de la VIDA DOLOROSA ha llegado, y lo peor es que ha decidido quedarse. Ahora se hace una enfermedad el vivir, porque hay que contribuir durante toda la vida laboral, y porque COBRAR UNA PENSIÓN requiere de otras incógnitas como son la esperanza de vida, el número de cotizantes y el número de pensionistas. 



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